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Líndala o cómo transformar una vieja nave en el local de moda del Canyamelar

Los poblados marítimos se han convertido en la nueva zona hostelera de Valencia con propuestas muy interesantes. ESDiarioCV visita el restobar preferido por los influencers.

Líndala 1

Líndala 1

Publicado por
Enrique Martínez Olmos.

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Habíamos oído hablar de él, lo habíamos visto en Instagram y en stories de influencers, pero aún no habíamos ido. Toca conocer Líndala y saber por qué todos en los poblados marítimos hablan de él. Llegamos a través del metro de Serrería -está a cinco minutos- y nos perdemos por un mar de callecitas antes de llegar a la puerta de Líndala.

No es difícil llegar, pero sí nos sorprende que este hotel restobar -como definen ellos mismos al negocio- esté metido en una calle escondida rodeada de antiguas naves y bajos industriales que ahora son concesionarios. ¿Cómo llega la gente a enterarse de que esto está aquí? Es nuestra primera duda, de la que en breve nos sacarán de dudas.

Evidentemente, Líndala fue en el pasado una de esas fábricas. Los vecinos del barrio la recuerdan como fábrica de lámparas, su última actividad industrial, pero el local en el que estamos nace en 1928 como fábrica de brandy Dionís e Hijos. Cien años de historia de Valencia nos rodean en un momento, aunque ahora todo parezca tan nuevo, tan actual.

Dos años de reformas tardaron en transformar la vieja fábrica en un restobar y hotel. De los elementos originales se conserva la escalera, las vigas del patio -uno de los aspectos más impresionantes de Líndala, el patio interior de vigas de madera de la antigua nave-, algunas lámparas y un retablo cerámico de la Virgen de los Desamparados. Alguna pared no está lucida y la han dejado tal cual se la han encontrado, para transportarnos momentáneamente al ambiente industrial que rodeaba los caminos al puerto.

¿Y cómo se os ocurre hacer esta mega reforma en esta calle? Es nuestra primera pregunta. “Porque el Cabanyal está de moda y nos enamoramos del espacio, era una apuesta segura”. Canyamelar, nos matizan, porque aunque los de fuera le llamen a todo Cabanyal, los autóctonos quieren dejar clara la diferencia. Líndala es territorio Canyamelar.

El Cabanyal está de moda y nos enamoramos del espacio, era una apuesta segura. Canyamelar, matizan. 

Una vez hecha la reforma, había que darlo a conocer. Y ahí entra la magia de la comunicación, de la buena comunicación. Líndala desplegó toda una estrategia de redes con influencers de moda que el día que abrió al público ya había gente esperando a ir y probar sus platos.

Comida de la tierra pero con un toque de sofisticación

Como estamos en el Canyamelar, aquí había que ofrecer comida de la terreta como la titaina, pero Líndala ofrece un toque de sofisticación y originalidad. Productos mediterráneos pero presentados de manera diferente, como sus cocas artesanales de sabores tan curiosos como pulpo y sobrasada o morcilla, calabaza asada y queso azul.

Nos comentan que su carta es dinámica y va cambiando según la temporada y los productos. “Ahora entran las alcachofas con foie”, lógico, es temporada. Otros platos se piden mucho sin importar la época del año como el tataki de atún, una de sus estrellas culinarias.

Líndala está abierto a todas horas y para todo tipo de gente, para desayunar, almorzar, comer o cenar. Su patio interior, ahora con estufas, es perfecto para tomar algo por la tarde. El cliente valenciano no ha abandonado su asistencia al local en esta etapa post COVID y siguen teniendo gente que acude, sobre todo en las horas de la comida, desde empresarios que buscan un sitio agradable a familias valencianas. Lo que ha desaparecido, por ahora, son los turistas, a la espera de que se reactive el turismo.

Aunque siguen teniendo gente, en Líndala saben que hay que adaptarse a las nuevas circunstancias, por eso organizan ahora sorteos que incluyen una cena y una noche de hotel para que puedas ir a cenar tranquilamente sin preocuparte de irte corriendo a casa por la hora. Mientas estamos conociendo el local, entran varias personas, sobre todo parejas. No es hora punta de comidas o cenas pero el movimiento en Líndala no cesa. Nos despedimos pidiendo varias de sus famosas cocas para cenar y con el deseo de que 2021 sea un año mejor para la hostelería en general y Líndala en particular

Líndala 2

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Líndala 3

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Líndala 4

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Líndala 5

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Líndala 6

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Líndala 7

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Líndala 10

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