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Embajada: Camps para alcalde

Es tan inocente e incorrupto como cualquier otro. Esto es una obviedad, pero conviene recordarlo.

Camps con la ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá

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El día que a Paco Camps le absolvieron por los trajes, el PP valenciano debió haber salido en tromba a ocupar las plazas de todos los pueblos y ciudades de la Comunidad Valenciana.

Debieron corear su nombre y exigir la restitución de su cargo y prestigio. No lo hicieron, prefirieron abandonarle a su suerte y hurgar en la herida marcando aquello que dieron en llamar “líneas rojas” y que básicamente consistía en decirle a los suyos: “en cuanto alguien te señale con el dedo, te vas a tu casa y te buscas la vida, que nosotros te daremos la espalda”.

Si el PP valenciano hubiese cerrado filas con Paco Camps, habría lanzado a la sociedad el mensaje de que meterse con los suyos no iba a salirle gratis a nadie; que no estaban dispuesto a dejarse acorralar contra las cuerdas para que toda la izquierda valenciana y española descargasen sobre ellos puñetazos como si fuesen un mono de goma. Y eso fue lo que pasó, al juicio de Paco Camps siguieron años de acusaciones de corrupción, contra todo el PP, hasta hacernos creer a todos que vivíamos en un renacido Chicago de los años veinte. A horas de hoy, la inmensa mayoría de esas acusaciones han quedado en nada o casi nada.

Ahora Paco Camps amaga con presentarse a la alcaldía. Tiene ganas y se le nota. Es un ciudadano español, mayor de edad y por tanto con derechos a votar y ser votado. Y es tan inocente e incorrupto como cualquier otro. Esto es una obviedad, pero conviene recordarlo.

Si al final Paco se decide, veremos lo que pasa. Desde luego, no le hará ningún favor al partido que el dejó tirado a los pies de los caballos. Se llevará un buen puñado de votos y recordará a toda España que fue víctima de una persecución infundada, que le destrozó su carrera y causó daños en su imagen que sólo podrá recomponer con un gesto valiente como presentarse a las elecciones. No será él quién tenga que dar explicaciones de qué hace ahí, serán todos los demás quienes tengan que explicar por qué le echaron. Así es que, ¡adelante Paco, lánzate!