Alemania, la mafia o el coyote: el vacuo debate en Les Corts en plena tragedia
Ni soluciones, ni disculpas, ni dimensiones. La comparecencia de la consellera Barceló no hizo más que confirmar la división de Les Corts y la lejanía de la dramática realidad de la calle
Sin novedades ni cambios de actitud. La comparecencia de la consellera de Sanitat Universal, Ana Barceló, en Les Corts ha aportado hoy poco más que un bronco intercambio de acusaciones en un debate que se produce enmarcado en el luto del fallecimiento de 4.331 personas por covid-19 en la Comunidad Valenciana hasta la fecha y de 4.338 ingresadas en la actualidad.La consellera, en un discurso bastante perfilado en el que trató de demostrar empatía con todos los sectores afectados por las restricciones enumerando acciones del pasado prohibidas en la actualidad, reconoció que la transmisión del virus está "sin control" y que existe "presión" en todos los departamentos de salud. También, que fallecidos y hospitalizaciones superan las de la primera ola.
Se refirió a la coyuntura actual de 1.245 casos de incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes -cinco veces más de lo que se considera grave-, 5.163 brotes comunicados y 27.000 personas asociadas a ellos, y una incidencia ya del 23% del total de pacientes en la franja entre 15 y 34 años. Con una tasa, en general, de letalidad de 1,77%.
A partir de ese reconocimiento, con cifras, de la magnitud del drama, empezó a relatar acciones emprendidas por su departamento, como las 28 resoluciones y 8 decretos de restricciones de movilidad de la ciudadanía o la oferta al personal de la sanidad privada para que se incorpore de manera voluntaria para reforzar la pública, si es requerido, al igual que de facultativos jubilados.
Además, tras meses insistiendo en que, sobre la base de la experiencia de las campañas de vacunación contra la gripe, el sistema sanitario estaba preparado para administrar las dosis contra covid-19, ahora ya ha admitido que "nos encontramos ante algo más que una vacunación como la de la gripe, que requiere de una planificación".
Cerró su intervención lanzando la pelota sobre la oposición, posiblemente a sabiendas de lo que le venía encima. No realizó un acto de contrición, sino que más bien hizo una apelación con regusto de arremetida. "La unidad se convierte en una exigencia moral", clamó.
El síndic de Vox, José María Llanos, primero en intervenir de esa oposición aludida, resumió las palabras de Barceló en "ha dicho los datos que ya sabemos, que salen en los medios". Mostró su decepción por el hecho de que la consellera "no haya dimitido" y por no ver a ninguno de los vicepresidentes asistiendo a esta sesión.
El portavoz de sanidad de Ciudadanos, Fernando Llopis, recordó las palabras de autosatisfacción vertidas en ese mismo escenario por representantes del Botànic, en la primavera del pasado año, cuando comparaban los datos de la Comunidad Valenciana con los de la Comunidad de Madrid. En las últimas semanas las tornas han cambiado.
"Si fueron responsables del éxito antes del verano, también lo son del fracaso actual. Los valencianos no quieren políticos que se preocupen, sino que se ocupen de sus problemas. No han reconocido errores, pero ustedes, con el virus, parecen el coyote detrás de Correcaminos, que siempre van detrás. Exija la unidad a sus socios, que el Botànic no la tiene", señaló, para preguntarle, no sin antes pedirle que le mire a los ojos, si "¿cree que Isaura Navarro -secretaria autonómica de Salud Pública a propuesta de Compromís- está preparada para liderar contra la pandemia?".
El portavoz de sanidad del Partido Popular, José Juan Zaplana, recalcó que "esto ha tocado fondo. No tienen control de la situación, ni transparencia". Anunció la petición de una comisión de vacunación para que "salga a la luz todo el proceso de vacunación", en clara alusión a los alcaldes que han recibido con antelación indebida la primera dosis de la vacuna (Barceló se había limitado a censurar esa acción de algunos primeros ediles) "Es usted mafia, señora Barceló, la peor. Mintió y engañó a la ciudadanía", le espetó en uno de los comentarios más duros del debate. "¿Por qué nos ha mentido? ¿Por qué no pide perdón", le preguntó tras recordarle los 4.131 fallecidos por covid-19 en la Comunidad Valenciana.
Y después de los golpes dialécticos en el ring de Les Corts, llegó la sesión de masaje verbal. Primero, con la nueva portavoz de sanidad de Unides Podem, Pilar Lima, cuya mayor exigencia consistió en pedir la lista de cargos públicos vacunados de manera improcedente. Lo hizo, eso sí, tras dar la enhorabuena por el proceso de vacunación a la consellera y después de repetir continuamente la palabra "derecha", que se ha convertido en una letanía suya, más incluso que para su partido. El portavoz de sanidad de Compromís, Carles Esteve, siguió en la misma línea y repitió el ataque a la oposición, como suele hacer, sin más aportación, las veces que sube al estrado.
La portavoz de sanidad del PSPV-PSOE, Carmen Martínez, la que más conocimientos profesionales tiene sobre temas sanitarios por su formación en Medicina, dio la vuelta al silogismo de Fernando Llopis. "Si el Consell no tenía la culpa cuando iba mejor la situación tampoco la tiene ahora", señaló. Mostró su apoyo incondicional a la consellera de Sanitat y compañera de partido. "Tenemos la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que hemos podido hacer. No nos ha temblado el pulso", remarcó.
Martínez realizó una singular comparación. "La Comunidad Valenciana ha sido la Alemania de nuestro país, la que autonomía que más restricciones ha tomado en su momento", para, acto seguido, felicitar a Barceló por "dar material de prevención cuando nadie más lo tenía y por unos hospitales de emergencia -no utilizó el término ´campaña´- para atender a pacientes". No evitó entrar al trapo con el portavoz de sanidad del PP, para recriminarle "la falta de dirección y unanimidad del PP" y lanzarle el ejemplo del plan de ayudas suscrito por el alcalde de Alicante y el presidente de la Diputación de Alicante, ambos del Partido Popular.
El turno de réplica transcurrió con el mismo tono y alargó una discusión en Les Corts plagada de términos altisonantes y carente de disculpas o soluciones. Mientras, los hospitales valencianos están abarrotadas de pacientes contagiados de covid-19 y la sociedad vive con angustia y desolación un drama al que no ve final.
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