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Sentir el Levante UD: una pasión con sabor a mar

"Levante somos todos. Aquí no sobra nadie”. El intenso sentimiento que comparten los vecinos de la franja marítima de Valencia

Sentir el Levante UD: una pasión con sabor a mar

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En una época pandémica mundial como la que nos ha tocado vivir, uno ha de buscar válvulas de escape a la hora de poner la caja tonta, y el fútbol puede ser una de ellas. Puede llegar a ser una pasión, con una combinación de emociones, y posibilitarnos durante 90 minutos despejar nuestras mentes y olvidar por un rato las cifras y las desgracias con que nos bombardean a diario en la tele, ya que la situación no nos permite ir a los estadios a disfrutarlo en directo.

Este deporte, hoy convertido en un gran negocio, es como una montaña rusa, un sube y baja de emociones de todo tipo durante todo el partido: nervios, estrés, frustración, enojo, ira, tristeza, lágrimas, emoción, felicidad, amor, pasión, alegría, sonrisas…

Y para muchos de los que sentimos los colores del Levante, es una pasión con sabor a mar. Realmente, no se puede entender la historia del fútbol valenciano sin pasar por el Levante y el Gimnástico. Recuerdo la tarde del viernes 11 de septiembre de 2009 en el Canyamelar en el Ateneo Marítimo donde mi amigo Vicente Ballester García, sobrino de José Ballester Gozalvo, presidente fundador del Levante FC e hijo de Victor Ballester Gozalvo, como sus hermanas Lolita, la mamá de Mari Loles, con la que coincidí en la falla Barraca-Columbretes en el Cabañal, y Rosario, la mamá de Rosario, la del parvulario de bajo de mi casa en la calle José Benlliure, también fue jugador de aquel histórico equipo que se fraguó en La Platjeta, detrás del Ateneo Marítimo, junto a la playa de Las Arenas.

El granota Felip Bens, un grande de nuestros Poblados Marítimos que junto a José Luis García Nieves presentaban aquella tarde su impagable obra en 4 tomos de Historia del Llevant donde contaban que el referido José Ballester fue el primer presidente del Levante F.C. Su nombre aparece en la nota de prensa publicada por El Pueblo en la jornada del 7 de septiembre de 1909. Ballester encabezó la Junta Directiva que marcó el inicio de la sociedad vinculada a nuestros Poblados Marítimos. Era hijo del conocido maestro Vicente Ballester Fandos, la familia Ballester es fundamental en la reglamentación del primigenio Levante F.C.

Este histórica clasificación para semifinales de la Copa del Rey de nuestro equipo que vivimos el pasado miércoles me trae cientos de nombres de amigos que desde el palco del cielo hoy estarán contentísimos, y que lo estarán celebrando con los presidentes del Levante FC como Rafael Peset Asensi, abuelo de mis amigos Rafa y Gonzalo Peset Pérez, Francisco Sinisterra, Angel Fernandez, Leandro Pruñonosa, Roberto Gallart, Juan Llorens, Vicente Ibáñez, Alfonso Pallas, Tomás Carsí, Domingo Pellicer y José Fenollós y los del Gimnástico: Amador Sanchis, Ignacio Figueroa, Juan Tapp, Eduardo Garcia, José Boix, Luis Mingo, Isaias Aspas, Joaquin Garcia, Joaquin Vigo, Galileo Montoro.

Si hablara con mi amigo granota Vicente Pérez González, que fue hermano mayor de mi Hermandad de Vestas del Santísimo Cristo del Buen Acierto, o con su vecino de las Angustias, Miguel Zarzoso, o con Paco Serna, también fundador de esa Hermandad que nació con los colores de nuestro Levante UD, me dirían que el primer presidente fue Rafael Valls, tras los acuerdos alcanzados en agosto de 1939 que determinaron la fusión del Levante F.C. y Gimnástico F.C., nacía el U.D.L.G., Unión Deportiva Levante-Gimnástico, que soñó con el ascenso a Primera División en el curso 1939-1940.

También contarían el tío Jaime Portalés, de los Pretorianos, o Ramón Crespo Gallart, de los Afligidos, que Luis Moscardó, Emilio Bello, Isaias Aspas, y Francisco Belenguer presidieron nuestro club en los años 40 del siglo XX.

Mis amigos Pepita Ahumada, Pepe Vilaseca y Pascual Ribera, desde su palco del cielo, seguro que han coincidido con los presidentes de los años 50, 60 y 70 como fueron Vicente Gil y Morte, Manuel Alepuz, el mencionado Amador Sanchis, Emilio Bello y Antonio Román, que mi tía Vicen tanto admiraba y que iba a peinar a sus hijas a su casa y que nos trajo a este lugar donde tenemos nuestro estadio y que llevó su nombre. José Navarro, el notario Eduardo Clerigues, Grau Torralba, Santiago Sanz y Francisco Aznar.

Mi amigo Manolo Illueca Llovet, de Nuestro Padre Jesús Nazareno, antes de partir a la Casa de Dios Padre y cuando coincidimos con Ballester en el Consejo de Gobierno de la Semana Santa Marinera, me contó múltiples anécdotas de los presidentes de su época cuando fue miembro de la junta directa del equipo de nuestros amores.

De los años ochenta y noventa ya guardo múltiples recuerdos cuando Federico Cortés, Toni Aragonés “el retall”, Juanjo Murria y sobre todo Ramón Victoria, José Luis López, Abel Guillem, que era amigo de mi tío Enrique, y Pedro Villaroel, comandaban nuestro Levante. Seguro que mi amigo y granadero del Grao, Salvador Más Pérez, el hijo de Maca, el histórico empleado del club, se acuerda cuando mi padre era el delegado gubernativo y en el palco de entonces, con unas sillas de quita y pon en las primeras filas, nosotros detrás junto a nuestro amigo Tachenko, por su gran altura tanto de estatura como humana, me refiero claro al gran Vicente Romo Capilla.

O cuando a mi padre le tocaba salvar al árbitro sin incidentes, y el bueno de Miguel Ángel Ruiz Torán organizaba a los que iban a chillarle, y mi padre tenía que burlarlos para salvar la integridad del colegiado. En aquel bar del palco que se servía coñac con el café, pues aún no estaba prohibido por la ley del deporte. Mil y una anécdotas que hemos vivido y que mis hijos no pueden imaginar cuando veíamos el otro día el histórico partido lo que hemos sufrido y disfrutado en ese estadio en otras categorías, cuando todo era huerta y como aparcábamos lejos más de una vez nos recogió Vicente Martínez Pujalte, seguro que Ramón Vilar, el buen socialista y gran granota, sonríe desde el firmamento de los justos.

Paco Gandía y su yunque de la adversidad, y Salva Regues, como recordará mi amigo José Angel Crespo Flor, que sabe perfectamente de lo que hablo pues además de ser cronista deportivo, su equipo lo siente con sabor a mar, y en 2004 lideró con su hermandad los actos en el Marítimo para agradecer al equipo de Manolo Preciado nuestra vuelta a la división de oro del fútbol español.

Mis tocayos Paco Das, y Paco Payá, el rey del fútbol en la playa del Cabañal que falleció recientemente con casi 10 décadas, saben que en otros equipos, acostumbrados a mayores logros, no entenderán la alegría experimentada en los corazones que laten en granota por el triunfo histórico en el minuto 121 con la clase de Morales, la definición de Roger, la que sacó Postigo en el 90, o el partidazo de Dani Cárdenas bajo palos, y, en definitiva, de todos y cada uno de los que jugaron o no, e integran esta plantilla que comanda Paco López como míster y Quico Catalán como presidente.

Familias semasanteras y granotas como los Damià Melego, del Cabañal; los Pascual, del Grao; los Cardà, del Canyamelar, etc, etc, degustemos estos mágicos momentos con nuestro equipo, y soñemos juntos, aunque no tengamos títulos en nuestras vitrinas. Ser del Levante es una pasión con sabor a mar.

Seguro que Pedro Catalán, abuelo de Quico y que fue pregonero de nuestra Semana Santa, también estará feliz en su palco del cielo con todos y cada uno de los que sienten estos colores, pues como dice la canción de los secretos que suena en el Ciutat: "He roto todos mis poemas. Los de tristezas y de penas. Lo he pensado y hoy sin dudar, vuelvo a tu lado”.

Miguel Barrachina, el presi de nuestra agrupación de peñas, ya ha dicho: “Toca disfrutar en estos momentos a todo el levantinismo, pensemos cada uno como pensemos y sintamos el Levante cada cual a su manera. Levante somos todos. Aquí no sobra nadie”.

Ya saben que siempre les recomiendo escuchar a nuestro corazón, obrar el bien a los demás, y sentir estos lares marineros. Sean felices y nos vemos en la Valencia Marítima con banderas de nuestro equipo en nuestras ventanas y balcones. Recuerden mascarilla, frecuente lavado de manos distancia social, siempre es mejor prevenir los riesgos, el COVID sigue ahí, y nuestros hospitales están trabajando mucho y bien

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