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El PSPV, ante la doble vía que se abre con la "sensación de fin de ciclo"

"A algunos les falta una cerilla para saltar". La derrota de Madrid empieza a activar movimientos en parte de la militancia que nunca apoyó a Sánchez ni las actuaciones de Ábalos

Puig y Sánchez se reencontrarán en sus respectivos congresos después del verano, en una situación interna en el PSOE que puede ser muy diferente a la actual

Publicado por
H. G.

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"Se está instalando la sensación de fin de ciclo". Con este frase resume un destacado dirigente socialista el impacto de las elecciones en la Comunidad de Madrid, desde que las convocó su presidenta hasta que se ha producido el desenlace, en el PSPV-PSOE como filial valenciana, aunque también resulta extensible a otras autonomías.Porque a pesar de que el plenipotenciario ministro y secretario de organización del PSOE, el valenciano de Torrent José Luis Ábalos, tratara de circunscribir el resultado en la misma noche electoral al ámbito madrileño, se ha producido una rápida onda expansiva por toda España. La decisión firme de Susana Díaz de optar de nueva a secretaria general en Andalucía ha constituido la primera demostración.

En la Comunidad Valenciana el equipo del presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, sigue con suma atención la evolución de los movimientos, al igual que la mayor parte de dirigentes autonómicos y locales de su formación. Tienen claro, a pesar de las excusas de Ábalos, que lo ocurrido en Madrid "puede tener un efecto réplica".

Las dos vías que se abren al PSOE

Ante esta circunstancia se abren principalmente dos vías: que la dirección federal socialista actúe con rapidez con medidas que logren cohesionar el partido apelando a la unidad o que empiecen a abrirse brechas en diferentes federaciones que hagan tambalear el liderazgo de Pedro Sánchez y, sobre todo y eso es lo que más preocupa en escalas más locales, la senda victoriosa de las últimas elecciones. En definitiva, que cambie la dinámica. Y una de esas federaciones podría ser la valenciana.

La mayor parte de los actuales alcaldes socialistas sabe lo que es sufrir las penurias de la oposición frente a gobiernos con mayoría absoluta del PP. En 2015 comenzaron a variar las tornas y en 2019 dieron el vuelco total, hasta el punto de que en la provincia de Valencia arrinconaron tanto al Partido Popular que únicamente gobierna en un municipio, Alfafar, con más de 20.000 habitantes.

Esos primeros ediles del PSPV con mayorías simples o absolutas se planteaban, hasta hace un mes, los comicios de 2023 como una etapa más en sus triunfos si proseguía la inercia. Ninguno había anunciado que fuera a retirarse y desde la organización del partido daban por hecho que todos repetirían. No obstante, ahora han empezado a surgir dudas, temores, sensación de vértigo y sudores fríos.

También, en muchos casos, existen ganas de que el poder omnímodo de Pedro Sánchez y de su fiel escudero, José Luis Ábalos, comience a ponerse en duda. "A muchos referentes que estaban quietos, pero que nunca apoyaron a Pedro, les falta una cerilla para saltar", advierte un dirigente del PSPV que no está precisamente en ese grupo pero que observa "los movimientos".

El propio Ximo Puig se halla en esa tesitura, aunque en los dos últimos años ha sabido mantener una aparente cordialidad con Sánchez y, sobre todo, con Ábalos, siempre con la espada de Damocles de si este instiga una lista alternativa a la secretaría general, como ya hizo en el congreso de Elche con Rafa García, alcalde de Burjassot, al frente.

El congreso del PSPV

Este año el PSPV-PSOE afronta un nuevo cónclave en el que renovar liderazgos, con un Puig que ya ha anunciado que volverá a optar al cargo. Esta cita tendrá lugar después del congreso federal en el que presumiblemente Pedro Sánchez tratará de revalidar su puesto de secretario general.

Lo que parecía que iba a desarrollarse sin alteraciones y como un acto de refrendo puede empezar a complicarse para la dirección socialista con el resultado electoral en Madrid y las primarias de Andalucía. Y lo que ocurra en ese congreso, sobre todo si se produce un choque interno, puede revertir en el de la Comunidad Valenciana, a celebrar previsiblemente en noviembre en Castellón. La calma chicha de hace unos meses en el PSPV se ha transformado en calma tensa.