El número maldito de Ciudadanos y cómo podría cambiar esta semana
Existe un número alrededor del cual parecen girar las desgracias de Cs, en especial en la Comunidad Valenciana. Se trata de un número vinculado a los valores, pero también a la lentitud
Cuatro diputados se marcharon a mitad del pasado mandato del grupo parlamentario de Ciudadanos en Les Corts al de no adscritos (Alexis Marí, David De Miguel, Domingo Rojo y Alberto García) y otros cuatro hicieron la petición de lo mismo (José Antonio Martínez, Cristina Gabarda, Jesús Salmerón y Asunción Sanchis) casi exactamente cuatro años después, el viernes de la pasada semana.
Y han adoptado esa medida que ya venían rumiando justo tras lo que ocurrió otro día que, efectivamente, era 4, en este caso de mayo, que pasará a los anales de la corta historia de Ciudadanos como la jornada de elecciones madrileñas en que la que partido dio otro paso decisivo hacia su extinción, en la que anduvo la mitad de un camino que comenzó otro día con una cifra en la que en el lado de las unidades también aparece el cuatro. Sí, el principio del fin de Cs se produjo con su hecatombe electoral del 14 de febrero en Cataluña.
Cuatro sí, guarismo vinculado en numerología al sentido del orden y a los valores, pero también a la lentitud a la hora de actuar, a la seriedad excesiva e incluso a la confusión.
Todo cuatros, de momento. Porque esta semana podrían consumarse más marchas de diputados de Ciudadanos que, conjuntamente, superarían ese número. Quizás hacia sus casas o puede que al grupo mixto para sumarse a los cuatro que lo hicieron el pasado viernes.
Dos diputadas sobre todo andan dándole vueltas a cuál de ambas medidas adoptar mientras los efectos de ese traspaso de efectivos comenzarán a sentirse con toda la virulencia económica en el grupo de Cs. Su asignación se reducirá al pasar (de momento) de 18 a 14, con lo que ello repercutirá en contratos de asesores y disponibilidad de recursos.