Salmerón: "Ciudadanos ha resultado inútil para los valencianos"
El parlamentario en Les Corts ha decidido poner nombre y apellidos a todos los responsables que le han llevado a adoptar la "triste decisión" de abandonar Ciudadanos
Jesús Salmerón Berga (Valencia, 1991) es abogado y diputado de Les Corts valencianes tras las elecciones autonómicas de 2019, al presentarse como número 5 de la lista de Ciudadanos por la circunscripción de Valencia encabezada por Toni Cantó. En Ciudadanos ha sido asesor de la Mesa de Les Corts Valencianes durante la IX Legislatura, en concreto en la Secretaría Primera, con Emilio Argüeso de Secretario Primero. Durante tres años fue adjunto de la Secretaría de Juventudes en la Comunidad Valenciana hasta el 12 de marzo de 2020, cuando dimitió.
El pasado 7 de mayo decidió, junto con otros tres diputados, abandonar la formación liderada por Inés Arrimadas por su “deriva Sanchista” para pasar a formar parte del grupo de los no adscritos en Les Corts. Una estrategia que ha estado envuelta de polémicas y duras represalias por parte de sus excompañeros de partido.
P.- ¿Le ha supuesto una liberación abandonar Ciudadanos?
R.- La verdad es que sí porque llevaba meses arrastrando la decisión. Tan sólo me frenaba la lealtad a algunos de mis compañeros y a los afiliados del partido, pero cuando he visto que el propio partido ha dado una ‘puñalada’ a los afiliados he tenido que dar un paso al frente. El punto de inflexión fue cuando la directiva decidió prorrogar el Estado de Alarma sin consultarlo con los cargos ni afiliados. Además de la auto moción de censura en Murcia, el desastre de los resultados electorales y la falta de autocrítica. En clave valenciana fue cuando en diciembre del pasado año se nos fuerza desde Madrid a apoyar los presupuestos de Puig, y la secretaría institucional del partido en la Comunidad Valenciana, concretamente Jesús Jimeno, me amenaza con la expulsión si no acepto la imposición.
P.- ¿Cuál ha sido el papel de la nueva portavoz Ruth Merino en todo esto?
R.- Precisamente, otro conflicto fue el nombramiento de Ruth Merino como nueva portavoz tras la marcha de Toni Cantó. La inmensa mayoría de parlamentarios del grupo habíamos apostado por un perfil más duro como Mamen Peris o Vicente Fernández. Merino es una buena técnica pero no da el perfil de diputada portavoz, y eso es una realidad. Sólo hay que ver sus intervenciones todos los días. Tanto a mí como al resto de mis compañeros nos costaba aplaudir cuando salía a hablar porque no estaba de acuerdo con lo que decía.
No he tenido acceso a las cuentas del partido en dos años
P.- Antes de abandonar la formación ya se mostraba muy crítico con el rumbo de la dirección nacional y autonómica. ¿Esto supuso algún tipo de trato discriminatorio?
R.- Efectivamente, desde hace muchos meses atrás. Recuerdo con mucha pena cuando cerré una reunión con concejales en Alcoy y luego no aparecieron ni la mitad. Habían recibido órdenes desde el grupo parlamentario de Les Corts, en concreto de Fernando Llopis, para que no tuviesen el encuentro conmigo. Esto no es algo que me hayan contado, he leído los Whatsapps. En Valencia, el secretario institucional de la provincia, que ya no está, José Cruz,-un gran amigo que ha aportado mucho para el partido- me convoca a una reunión con concejales de la comarca y, otra vez, desde la dirección autonómica del partido dan la orden para que yo no pueda asistir sin ninguna justificación. Estuve hasta en el grupo de WhatsApp de la reunión y me expulsaron para incorporar a otra diputada afín a la cúpula autonómica. Tampoco he tenido acceso a las cuentas económicas del grupo en dos años, sin saber lo que ingresan ni lo que hacen con el dinero. Por otro lado, me han impedido defender en dos años enmiendas a los presupuestos de Puig, han evitado que pueda sacar adelante iniciativas bajo mi nombre, me han vetado con las notas de prensa... Todo por no comulgar por un partido que se dice liberal y democrático pero que me ha apartado de manera ‘sangrante’, al igual que a otros compañeros.
El responsable de la fractura en la Comunidad Valenciana tiene un nombre propio, Jesús Gimeno
P.- La portavoz Ruth Merino aseguró hace unos días que con vuestra carta de renuncia había una evidencia formal de que el partido estaba roto. ¿Usted se considera víctima o responsable de la ruptura?
R.- El responsable de que haya una fractura es la dirección nacional y autonómica. En la Comunidad Valenciana tiene un nombre propio, el del secretario de Acción Institucional, Jesús Gimeno. Se ha dedicado a reventar el partido desde dentro, a marginar los cargos que no eran afines a él, a controlar con quién puedo comer, juzgar todo lo que publicaba en redes sociales, y muchas más cosas. A nivel nacional lo hemos visto con José María Espejo y Carlos Cuadrado, que las únicas veces que han venido a la Comunidad Valenciana ha sido para amenazar a los diputados con expulsarnos. Recuerdo una reunión en la que comentamos la posibilidad de cambiar algunas cosas para mejorar y Cuadrado nos dijo que si no interesaba ya sabíamos dónde estaban las puertas. Yo me voy con tristeza, llevo desde 2013 trabajando para este proyecto cuando en aquél momento suponía una carga y me costaba dinero. Creo que no me he merecido estar apartado por la dirección desde 2019 por no comulgar con su deriva Sanchista, porque esto viene desde el momento en que me muestro contrario a los acercamientos a Sánchez. Al final, la víctima son los valencianos y valencianas por parte de un partido que ha demostrado ser inútil para todos ellos.
Ciudadanos ha demostrado ser inútil para los valencianos y valencianas
P.- Tras su marcha, algunos de sus ex compañeros han cuestionado la aportación que ha realizado al partido en sus años como parlamentario. ¿Qué le parece?
R.- Me parece triste. Yo no quería entrar en el barro de descalificar a ningún compañero porque cada uno, dentro de sus limitaciones y aspiraciones, ha hecho un trabajo distinto. Ahora bien, cuestionar mi trabajo, que encima está registrado en Les Corts, no tiene ningún sentido. Si me marcho del partido es porque no me siento representado con un planteamiento que nada tiene que ver con el de Albert Rivera en 2015 ó 2019. No puedo ser cómplice de que la dirección oculte sus reuniones con Puig, respalden sus presupuestos a sabiendas de la negativa de los diputados o cuando de intenta reventar un gobierno legítimo en Murcia desde dentro para que la vicepresidenta de la región pase a ser presidenta. En relación a mi excompañero Emigdio Tormo, que se ha dedicado a twittear todos los días contra mí, una persona con su pasado y trayectoria, destacando la legislatura pasada por su ausencia en Les Corts para no ir a trabajar, no está legitimado para cuestionar a los que nos marchamos. Todo eso por no hablar de cuando se refería a Zaplana como ‘mi jefe’ delante de todo el mundo el día que se le detuvo. No obstante, no tengo ningún rencor hacia él. Me quedo con lo bueno de todas las personas pero también es verdad que espero no coincidir nunca más en mi vida con Emigdio.
P.- Están recibiendo críticas por abandonar Ciudadanos manteniendo el acta, supuestamente para seguir cobrando el sueldo de diputados. ¿Qué tiene que decir al respecto?
R.- No necesito vivir de esto porque tengo mi trabajo fuera de la política, cosa que otros no pueden decir. Si mantengo el acta es por la sencilla razón de que yo no he cambiado desde 2019. El partido se presentó a las elecciones diciendo ‘no’ a Sánchez y sacamos 57 diputados en ese momento. Cuando nos acercamos a él bajamos a 10. Yo no me he sentado a hablar con Puig para respaldar sus presupuestos. Sin ir demasiado lejos, a los dos días de ser investida Ruth Merino como portavoz se sentó con Puig para mostrar puentes de colaboración. Yo no puedo colaborar con Compromís y con Podemos en ningún gobierno. Yo tampoco he aprobado ninguna moción de censura ni la he justificado. He pedido la autocrítica que se exigió en 2019 y dimitió toda la dirección nacional. Ahora no sólo no dimiten, sino que los ascienden como en el caso de Edmundo Bal. Lo primero que tienen que hacer es dimitir para estar en condiciones de pedir explicaciones a quien retenga el acta. Javier Nart también abandonó el partido pero mantiene el acta, y él no es distinto del resto.
Inés Arrimadas lastró muchas iniciativas de Toni Cantó en Les Corts
P.- ¿Entiende ahora un poco más a Toni Cantó?
R.- Yo no voy a entrar a valorar a Toni Cantó. No tengo ninguna relación con él y no la tenía cuando era su compañero. He de decir que ha sido el mejor parlamentario de Les Corts y que muchas veces sus iniciativas en Les Corts han estado lastradas por decisiones arbitrarias del partido . Lo sé porque me consta. Él pudo hacer mucho más pero el equipo de Inés Arrimadas le limitó.
P.- ¿Qué tiene pensado hacer ahora?¿Ha mantenido contactos con el PP?
R.- Ni me he ofrecido al PP ni he recibido ninguna oferta. Mi única función es seguir trabajando por los valencianos y valencianas desde el escaño al que represento. Esa será mi utilidad en los próximos dos años, como he hecho hasta la fecha. No tengo la intención de dar el salto a otro partido.
P.- ¿Pero le gustaría?
R.- Tengo dos años para valorar si valgo, tengo ganas y puedo aportar algo para los valencianos. Cuando considere que no puedo aportar nada me marcharé. Cuando sea. La política es vocación de servicio público y cuando no lo puedes hacer de manera óptima debes dejar el puesto.
P.- ¿Piensan nombrar portavoz para el grupo de los no adscritos?
No queremos ser personalistas como hace la dirección de Inés Arrimadas. Vamos a trabajar los cuatro de la misma manera en las áreas que hemos solicitado y la mesa nos ha concedido. En mi caso, obras públicas, vivienda y demás; Cristina Gabarda en política social; Sunsi Sanchis en educación y José Antonio en Justicia. Trabajaremos de manera coordinada para no dejar a nadie atrás, pero sin líderes. Seguiremos la hoja de ruta de 2019 sin catapultarnos ninguno de los cuatro.
Ciudadanos firmó su certificado de defunción con Inés Arrimadas
P.- ¿Cree que Ciudadanos logrará sobrevivir?
R.- Ciudadanos firmó su certificado de defunción cuando Inés Arrimadas vendió el partido a Sánchez con sus escuderos, José María Espejo y Carlos Cuadrado. En ese momento, Ciudadanos dejó de tener vida. Si sobrevive depende de las decisiones que se adopten a nivel nacional, que pasan por hacer autocrítica, dimitir la dirección de Arrimadas y dar voz a los afiliados.