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Bestiario gubernamental. José Luis Ábalos

Se ha ganado la vida del erario público desde que a los veintitrés añitos pisó moqueta al servicio del delegado de gobierno de turno.

El ministro y secretario de organización del PSOE, el torrentino José Luis Ábalos.

Publicado por
José María Lozano

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La trayectoria de esta auténtica bestia parda del aparato gubernamental da para varios episodios, pero hay ministras como la de exteriores, industria, o la entristecida (tal vez también despechada) de igualdad, que hacen cola como las que tanto les gusta vernos haciendo a los españolitos de a pie a consecuencia de sus estúpidas decisiones.Será inevitable -ya me ha pasado con Castells y su última ocurrencia para los rectores- que dada la prolífica producción de bestieses que caracteriza al torrentí José Luis Ábalos, la más reciente para ustedes sea incluso anterior a esta nota.

Creo sin embargo muy improbable que alguno de los dos mantras más chistosos en los que se ha enredado el PSOE tras la victoria madrileña de Ayuso - tiemblo pensando que la derecha no sepa administrarla a nivel nacional- sean de su producción. Lo del “libertinaje”, tan comentado ya por muchos que como yo (como dice un meme divertido que anda por ahí) “guardábamos el radiocasete debajo del asiento del conductor”, no puede haber salido de la mente de un libertino. Salvo que se tratara de un libertino arrepentido, que no es el caso. Y lo de los “tabernarios” coreado por el perruno Tezanos -cómo se han reído mis amigos “tabarnarios”- tampoco. Porque él, que es hijo de el Carbonerito, y un maestro escuela que ejerció tres meses, tiene que saber la acepción doméstica que le correspondió en su origen, y la sagrada del tabernáculo. Otra cosa es tabernario como adjetivo de maneras, modos o estilo, que le viene al pelo para resumir su particular oratoria. Luego también lo descarto, por lo del escorpión y la rana.

Enredar ha sido siempre lo suyo. Pregunten a Paniagua, Pla o Rodríguez Piñero...

Dicen que tras militar en el Partido Comunista recién legalizado, se ha ganado la vida del erario público desde que a los veintitrés añitos pisó moqueta al servicio del delegado de gobierno de turno.

Enredar ha sido siempre lo suyo. Pregunten a Javier Paniagua o a Joan Ignasi Pla, o a la misma Inmaculada Rodríguez Piñero, a la que sustituyó en el Congreso, tras haber quedado fuera él en las elecciones. (O a Ximo Puig). Antes había simultaneado concejalía en dos legislaturas de Rita Barberá con representación parlamentaria en la oposición, con los populares gobernando, sin pena ni gloria. Apoltronado, más bien.

Tal para cual, hechos a la medida, uña y carne (uña y roña, dicen en mi pueblo) la coincidencia con Sánchez debió ser amor a primera vista. El ministro tiene demostrada capacidad. Creo recordar algún titular con el alias de “fiel escudero”, que en puridad es la cabal y oportuna función que presta a un señorito muy aficionado a los escudos. Ya por la gilipollez de fumarse un pitillo furtivo con la genial Lastra en el Congreso, ya por la gravedad de las maletas y el recibimiento de la malvada Delcy

Rodríguez, por su facilidad para versionar tabernariamente los hechos, por su velocidad de producción, por su cinismo y chulería, deja pequeño al maestro. No sé yo quién es uña y quién roña.

La última ha sido la de las antiguas autopistas y el nuevo peaje en proyecto. No creo que en Bruselas sean idiotas, pero los españoles tampoco

Mientras andaba arrimando buenos milloncejos a los socios Plus Ultra de su huésped en Barajas, soltaba bromas de mal gusto con los “ex” (nombrando la soga el ahorcao) a propósito de Ayuso. Lo que también ha negado hasta después de salir los dos informes de aviación civil que evidencian su complicidad. La última ha sido la de las antiguas autopistas y el nuevo peaje en proyecto. No creo que en Bruselas sean idiotas, pero los españoles tampoco. Y ya estamos hartos de pagar las cosas dos veces por una mala gestión de los gobernantes. Así que pregunte, vaya preguntando, pero

que no enrede diciendo una vez más una cosa y la contraria.

Es más escandaloso que nos enteremos que con el desastre del temporal de nieve Filomena -¡qué manía con poner nombres de mujer!- prescindió de solicitar ayudas europeas, a que le pillaran en Ibiza haciéndose el llonguis. Tampoco él iba a ser menos que muchos de sus colegas en lo de saltarse sus propias normas. Y es que, le guste o no a la vicepresidenta Calvo, son una banda. No como las de música pretendida y falsamente catalanas, ministro valenciano, sino una banda de amigotes, familiares, afines y apesebrados, al servicio de ustedes mismos y de sus particulares intereses. Nunca se ha cortado, ni se corta, en evidenciarlo con los hechos.

Secretario general del sanchismo, cuando termino de escribir no he oído todavía cómo han encajado la sentencia del Constitucional dando razón a Vox sobre la ilegítima presencia de Iglesias y Redondo en el CNI. Uno se fue, al otro podrían cesarle como a Gabilondo. Por dar ideas.