Lástima: los políticos suplantan a los poetas

Malos tiempos para la lírica aunque esta tarde de mayo llueva y nadie sepa en verdad de quién es toda esta lluvia. Pues de un tiempo a esta parte incluso fueron cayendo los bohemios de antaño que pasaban del aire o casi de cafés y tramusos.

Que hasta se nos murió Brines después de cantar como nadie y tantas veces la fugacidad de la vida. De darse cuenta como ninguno que los instantes vividos jamás volverán.

Pero no se pongan tristes que siempre nos quedará la política. Recuerden que tenemos a nuestro servicio a miles de cargos públicos para alegrarnos la vida. Acreditado, eso sí y desde hace tiempo, que en absoluto sirven para hacerla más llevadera.

Pues ahí tienen sin ir más lejos a nuestra juglar de la noble villa cordobesa de Cabra, la insustituible doña Carmen Calvo, que en un rapto de lucidez y en este tiempo yermo en que sin embargo como margaritas florecen los expertos, ha tenido a bien regalarnos por tanto con una bella y oportuna palabra: "expertitud". Y ya ves tú.

Y cómo no recordar en esta hora bruja del crepúsculo a don Alberto el Garzón que henchido de magnanimidad y advirtiendo que nos faltaba en nuestra tosca lengua el término ya en franco desuso de propuesto, en una pirueta más propia de un Garcilaso, un día en Twitter y con honda inspiración de la nada "proponido" nos donó. Gloria sea Dios

Más ingrato sería en esta hora si dejara pasar la ocasión de invocar que no a la marquesa de Pardo Bazán si no obviamente a la más bella de Galapagar doña, que digo doña, Santa Irene Montero que nos regala los oídos siempre con un vocablo neo; que primero ella solita creó "portavoza" y últimamente dadaísta cada vez que micrófono pilla nos ilustra con sus vanguardistas letanías: ellos, ellas, elles...los, las, les...ellos, ellas, elles...los, las, les...Reina pues de las psicofonías.

Y comentemos las últimas novedades en tan luctuosa materia que mi buen amigo Juanma ayer tuvo a bien enviarme un 'guasap' en que advierto a una política, super rubia de bote, toda embozada en el atril, para mi completamente desconocida, que sin embargo buena hace la genial observación del maestro argentino Borges cuando como siempre misterioso advertía que los mejores poetas son los desconocidos... Pues esta anónima y simpar rapsoda declama españolas...y seguidamente asevera, y muy grave: "...y españolos...". Con lo que finalmente arribo a mi orgasmo. Al menos por hoy.

(*) Abogado especialista en estafas bancarias