Los meses decisivos del PSPV en el camino de Puig por alargar su liderazgo
Ximo Puig, president de la Generalitat y secretario general del PSPV-PSOE, mantiene un complejo equilibrio dentro del socialismo. Esta actitud se ha apreciado en los últimos días, cuando pasó de repetir el discurso benevolente del presidente del Estado y líder del PSOE, Pedro Sánchez, sobre el indulto a los presos del procès, a añadir, este mismo viernes, la necesidad de arrepentimiento de estos últimos, tal como reclaman los responsables socialistas de autonomías como Castilla-La Mancha o Extremadura.
Puig se ha labrado un perfil institucional en estos seis años de mandato, en el que ha logrado distanciarse de Compromís y Unides Podem en ciertos tics y decisiones más polémicas o radicales. A diferencia de Pedro Sánchez, no ha dado la impresión de ceder a las presiones de Podemos con reiteración, sino en cuestiones puntuales, como la no renovación de concesiones sanitarias o en las continuas restricciones por la pandemia. En la práctica, ha sabido opacar hasta la desesperación en algunos momentos a Mónica Oltra, su particular Pablo Iglesias.
Ha sembrado un aparente acercamiento con el secretario general del PSOE y con el todopoderoso ministro valenciano y secretario de organización José Luis Ábalos. No obstante, en los próximos meses el socialismo español afronta citas claves que demostrarán si Puig mantiene esa equidistancia, se alinea con los referentes autonómicos de su partido más críticos con los acercamientos del presidente del Gobierno a los partidos independentistas o se suma más a esta tesis, con la que coquetea cada vez que se aproxima a Cataluña, a cuyo gobierno le lanza continuos guiños mientras arremete contra el de la Comunidad de Madrid, obviamente dirigido por el PP.
Primero vendrán las primaria en Andalucía, donde se enfrentan con rugido de león la ex presidenta de la Junta, Susana Díaz, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, más un tercer candidato casi de relleno pero que ha conseguido superar la barrera del 2% de avales. Otra cuestión consiste en si aguanta hasta el día 13 de junio, cuando se produzca la votación. Puig, a pesar de su alianza del pasado con Díaz, evita pronunciarse en esta lucha fratricida.
Después llegará el congreso del PSOE, que tendrá lugar en Valencia los días 16 y 17 de octubre. Puig hará de anfitrión de una cita que acogerá a delegados del partido procedentes de toda España y que refrendará previsiblemente la secretaría general de Pedro Sánchez. Antes las diferentes agrupaciones deberán de elegir a esos delegados, lo que dará oportunidad de medir fuerzas.
Y poco después, posiblemente a finales de noviembre, tendrá lugar el congreso del PSPV-PSOE, en el que el propio Puig espera también revalidar la máxima responsabilidad en el partido sin rival de peso ´abalista´ mediante y, de paso, iniciar la carrera electoral para optar de nuevo a la presidencia de la Generalitat.
Por lo tanto comienzan unos meses fundamentales para el PSPV en general y para Ximo Puig en particular, siendo testigo -de momento, mudo- de lo que ocurre en Andalucía, tratando de ejercer de perfecto anfitrión en octubre y esperando que su hospitalidad se plasme en un plácido congreso posterior para él, sin que Ábalos le saque un "Juan Espadas" de la chistera, como hizo en 2017 con el alcalde de Burjassot, Rafa García.