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Las esmalteras se enfrentan al nuevo reto de recuperar el mercado internacional

La rápida reacción del clúster del azulejo ha permitido al sector experimentar un aumento del consumo nacional

Fábrica de esmaltes Maincer en Castellón

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La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC) comienza a marcarse nuevos retos para recuperar la competitividad perdida durante la pandemia. Los últimos meses del pasado año ya permitieron vislumbrar un escenario de reactivación económica que se ha materializado durante este primer trimestre con un nivel de ventas que asciende a los 373 millones de euros, lo que supone un incremento de 6,6% respecto al mismo período de 2020. Teniendo en cuenta que antes del comienzo de la pandemia los índices de facturación también venían aumentando, los actuales resultados comerciales les hace pensar que la temporada de 2021 va a ser “muy buena”. No obstante, deben hacer frente a nuevos desafíos para acabar de superar la crisis.

Uno de ellos consiste precisamente en mejorar las ventas de exportación y la promoción de sus productos en el extranjero. Los meses de mayo, abril y junio de 2020 fueron “terroríficos” para el negocio, con especial incidencia sobre los niveles de exportación debido a la tardía reacción que tuvieron algunos países ante la pandemia y a que en determinadas zonas geográficas como Sudamérica o países de Asia la ley obligó a cerrar las fábricas durante dos meses. Todo lo contrario a la situación del mercado nacional. El clúster azulejero, concentrado al 90% en Castellón, pudo abrir las plantas productivas en poco tiempo para relanzar el mercado internacional, logrando en paralelo que la industria de fritas, esmaltes y colores cerámicos aumentara su consumo nacional.

Otro de los retos coincide con el del conjunto de la sociedad y el resto de actividades económicas: acabar de superar la pandemia. A nivel industrial la aplicación de las políticas restrictivas refleja unos resultados positivos con escasos contagios cuyo origen se encuentre en las fábricas de producción. Estos mecanismos de seguridad en el entorno laboral se han visto reforzados desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad mediante la división de grupos de trabajo presenciales, la regulación del trabajo a distancia y la dotación del material de protección adecuado . El proceso de vacunación posibilitará además acabar definitivamente con la amenaza de contagios conforme se vaya avanzando en la inmunización de una plantilla relativamente joven.

Por otro lado, la escasa fabricación de azulejos en Reino Unido ha provocado que el impacto del Brexit haya sido prácticamente nulo para el sector. Si bien es cierto que el país anglosajón es más pionero en la producción de vajillas, tan sólo ha afectado a temas burocráticos, sin ser perjudicial para las ventas. “Tenemos asociados que tienen fábricas en Reino unido pero de un tamaño que no tienen que ver con las que puedan tener en el resto de países porque la producción de azulejos en este país, aunque no es nula porque tiene una factoría, a penas se nota”, explica el presidente de ANFFECC, Joaquín Font de Mora.

Asimismo, la lucha ecológica continúa siendo uno de los principales objetivos del sector para reducir la contaminación. En los últimos 15 años han conseguido disminuir hasta un 45% los niveles de CO2 a la atmósfera y las previsiones son de alcanzar el 50% para el año 2025 mediante la utilización de oxicombustión en los hornos y la elaboración de diferentes formulaciones en las fritas que eliminan los carbonatos. Hasta aquí es lo que consideran que han sido capaces de hacer, y por ello apelan ahora a la llegada de una nueva tecnología o un nuevo combustible que no sea fósil para continuar avanzando sin dejar de ser competitivos.

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