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Por qué Ciudadanos puede superar la plusmarca de tránsfugas en Les Corts

Una serie de circunstancia clave está provocando que este grupo parlamentario se caracterice por el reguero de bajas que va acumulando

Del grupo de Cantó se ha pasado a una versión política de la novela Los diez negritos, de Ágata Christie, en la que los personajes van cayendo.

Publicado por
H.G.

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"El individuo tránsfuga se siente profundamente incomprendido salvo los casos de evidente falta de moralidad y con palpables intereses de por medio. Siempre esgrime iguales argumentos: "yo no he cambiado, son ellos", "mi ex partido se equivoca"...". Esta reflexiones forman parte de un estudio realizado por el profesor de Libertades Públicas y después secretario autonómico con el PP David Calatayud.En su análisis, titulado Unas consideraciones sobre los tránsfugas en el parlamento autonómico, incluye los nombres de los diputados que han pasado al Grupo Mixto, ahora denominado Grupo de No adscritos, en las cuatro primeras legislaturas. En esta relación aparecen algunos tan reconocibles como el del actual secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, que dejó el Grupo Parlamentario EU-EV junto a compañeros como el histórico Albert Taberner, y se llevó el acta al Grupo Mixto. Desde hace años constituye uno de los baluartes del socialismo castellonense.

Hasta el propio presidente de Unión Valenciana, Vicente González Lizondo, adoptó esa decisión en ese mismo mandato cuando su partido decidió crucificarlo en lo que fue el inicio de su extinción. El PP llegó a acumular hasta diez diputados en la I legislatura en ese Grupo Mixto, entre ellos algunos con la relevancia de Vicente Pérez Devesa, Juan Marco Molines o Xavier Casp, según recuerda el estudio de Javier Calatayud.

En las últimas legislaturas las fugas han sido menos numerosas y más repartidas entre formaciones, aunque Ciudadanos lleva camino de superar todos los registros. De momento ya ha sobrepasado, con sus cinco marchas actuales al Grupo de No adscritos, las cuatro que tuvo en el pasado mandato.

¿Y por qué ocurre esto en Cs mientras los demás partidos de momento no cuentan con deserciones?

-Para empezar, las candidaturas provinciales a Les Corts de Ciudadanos no se cerraron buscando grupos homogéneos de trabajo ni expertos técnicos reputados, sino reparto de cuotas de poder entre líderes autonómicos. Los que más impusieron han sido dos de los primeros en abandonar el barco: el ex síndic Toni Cantó y el senador ahora no adscrito Emilio Argüeso. Si ellos se marchan sin reparo y arremetiendo contra su partido, sus adláteres tienen un ejemplo claro al que seguir.

-La marca cotiza muy a la baja. En partidos con perspectivas de conseguir más escaños en el futuro, como PP y PSPV-PSOE, quienes no están conformes aguantan más esperando la recompensa de repetir en listas. En el caso de Cs, quienes están saben que a este ritmo en la próxima legislatura su partido se extinguirá o, en el mejor de los casos, se quedará con la mínima representación de cinco o seis escaños. Por tanto, la mayoría de los que está no seguirá. Esto significa que tiene poco perder porque en lo que respecta a su futuro político por Ciudadanos casi todo está ya perdido. Por cierto, si alguien se va pensando, como ha ocurrido en el pasado, que así recalará más fácilmente en otro partido- previsiblemente en el PP-, llega tarde. La formación de Casado ya no necesita fichar para promocionarse a ex de Ciudadanos.

-Forman parte de un partido que no gobierna. De hallarse en el PSPV, Compromís o incluso Unides Podem, siempre podrían ser reubicados en alguna conselleria como oferta a cambio de renunciar al acta parlamentaria. Cs no puede ofrecer contrapartidas más allá de un devaluado pacto ético.

-El grupo está desestructurado desde el principio, en gran medida por el hecho de que Cantó tenía sus filias y sus fobias. La consecuencia ha sido que bastantes diputados no se han sentido integrados desde el principio y carecen de sentido de pertenencia a un colectivo. La dinámica apenas ha cambiado con Ruth Merino como síndica.

-En efecto, Ciudadanos ha cambiado, como aseguran quienes se marchan denigrando al partido. Ha pasado de describir al PSOE como "la banda de Sánchez" a llegar a acuerdos con el Partido Socialista e incluso firmar mociones de censura conjuntas.

Con todo este mar de fondo, el Grupo Parlamentario de Ciudadanos afronta casi dos años -en el caso de que el president Ximo Puig quiera apurar al máximo la legislatura- dramáticos, en los que sus filas previsiblemente seguirán menguando para acercarse a esa cifra récord de transfuguismo en la primera legislatura que recoge David Calatayud. Si ocurriera esto, la cifra de quienes se marchen con su acta superará la de los que se queden en el Grupo Parlamentario de Ciudadanos.

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