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El congreso del Bloc que puede suponer bastante más que un cambio de nombre

El partido ampliamente mayoritario de Compromís afronta su cónclave en un momento decisivo y con la necesidad de revertir la tendencia electoral a la baja

Vicent Marzà se juega mucho en este congreso

Publicado por
H.G.

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Hace cinco años el Bloc escogió a Águeda Micó para el cargo de coordinadora nacional. Lo hizo en un ambiente de euforia, justo al año de haber ascendido al poder en las principales instituciones valencianas, con ganas de cambio y con muchos proyectos por delante. Todavía con el gen reivindicativo y con manifestaciones constantes de anuncios de otro tipo de gobierno.Ha pasado un lustro. El Bloc, socio ampliamente mayoritario de la coalición Compromís, ha envejecido con las arrugas prematuras que otorga el ejercicio del poder, con las canas del pragmatismo, e incluso con algunos gestos de desgaste y soberbia de quien mira por encima del hombro a quien reivindica desde fuera. El Bloc, con su marca superior Compromís, apoltronado en muchos sillones, ya no es lo que era.

Por ese motivo le ha surgido una corriente interna crítica que crece día a día y que encabeza el alcalde de Bellreguart, Álex Ruiz, para quien el nacionalismo de Vicent Marzà, principal referente de Micó, se queda corto y que se adentra en la línea del independentismo casi al más puro estilo de Esquerra Republicana. Le apoyan el ex alcalde de Sagunt, Quico Fernández, o el ex secretario en Valencia Joan Mansanet, al que recientemente publicó el diario Levante-EMV un artículo en el que apenas deja títere con cabeza en su partido y que ha provocado hemorragias internas.

Los congresos del Bloc duran meses desde que empiezan a sustanciarse, y en este caso no podía ser menos. Para empezar, han cambiado el nombre al partido y le han puesto Més Compromís, con el más a la valenciana que replica el de Más Madrid. Luego, se han adentrado en la compleja fase de las enmiendas, para decidir finalmente las que aprueban para debatir. Porque el debate ya será otra cosa.

Y el eje de este último, este fin de semana, oscilará entre la línea nacionalista extrema de Álex Ruiz o la búsqueda del pragmatismo gubernamental de izquierdas, centrado en feminismo o ecologismo, que permita la absorción de un decadente Unides Podem, esa especie de hermano menor y despistado del Botànic. Todo ello con la vista puesta en promover a Vicent Marzà como líder orientado a dar un paso para optar a la presidencia de la Generalitat. Con el permiso, por ahora, de Mónica Oltra.

El congreso del Bloc puede suponer mucho más que una variación de denominación, gane quien gane. Y llega en un momento estratégico en el que la formación de Enric Morera o Fran Ferri da muestras de agotamiento político y necesita un relanzamiento para frenar la caída de votos que su paraguas, Compromís, ha experimentado en las últimas elecciones nacionales y autonómicas.

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