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El legado de Rita Barberá 30 años después de asumir la alcaldía

Un 5 de julio de 1991, tomaba casi de forma inesperada la vara de mando, que retendría 24 años, y cambió la historia de Valencia. Ahora, el PP promete hacerla alcaldesa honoraria en 2023

Rita

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E. M.

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Corría el año 1991. Una joven Rita Barberá, que había sido en las anteriores elecciones candidata a la Generalitat, fue mandada de candidata al Ayuntamiento de Valencia porque “total, va a ganar Lizondo”. El entonces líder de Unión Valenciana aparecía como favorito dentro del bloque de derechas que aspiraba al cambio político en el Ayuntamiento.

Pero Rita no se amilanó, hizo un sprint en la campaña y consiguió el número mágico de 9 concejales por 8 de Lizondo, que no tuvo más remedio que hacerla alcaldesa tras comprometerse a que apoyaría a la lista más votada del centro derecha -el creía que sería la suya-. Rita se hizo con la vara de mando en el pleno del 3 de julio de 1991, poniendo una pica en Flandes al ganar para el PP la capital en plena época del PSPV -Lerma tenía mayoría absoluta- e iniciando un periodo de 24 años con mayoría arrolladoras hasta 2015.

Los inicios no fueron fáciles por los rifirrafes con los socios de UV y varios concejales de Lirondo que dimitieron o se fueron a los no adscritos. Pero en las siguientes elecciones, las 95 cuando el PP también ganó la Generalitat, Rita conseguiría su primera mayoría absoluta y empezaría esa icónica imagen de mujer de rojo incombustible, la ‘alcaldesa de España’.

A partir de ahí no había mercado que visitara que se les resistiera, ni acto fallero donde fuera un símbolo más como su presencia en el balcón y el famoso ‘que bote Rita’. Desde Génova la recompensaron haciéndola presidenta de la FEMP. Su influencia política cada vez mayor la situó muchas veces en quinielas para ir a Madrid -como fueron otras alcaldesas como Celia Villalobos o Luis Fernanda Rudi- o incluso a la Generalitat, pero ella siempre se quedó en su Valencia.

Los años más dulces vinieron ya pasados el 2000 con la llegada de la America’s Cup y la victoria arrolladora de 2007: 21 concejales de 33, lo nunca visto. Valencia era el ejemplo de las políticas del PP frente al socialismo de Zapatero. Luego la Fórmula 1 y multitud de proyectos como el Palacio de Congresos, los nuevos barrios, el nuevo Mercado de Colón, L’Almoina… con una Valencia cambiada del marrón al verde y azul. Rita arrasaba por donde pasaba y no había candidato capaz de vencerla, ni si quiera la conocida Carmen Alborch. Rita ganaba en todas las mesas, hasta en las del Cabanyal por donde iba la prolongación, frente a los que atizaban un barrio que supuestamente estaba en lucha contra ella.

Luego vino las crisis y con ello la nueva política, ejemplificada en Compromís en Valencia, y ‘el todo vale’ para derrumbar al mito de Barberá. Los movimientos de la izquierda se hicieron más agresivos, las nuevas televisiones se obsesionaron con ‘conectar con Valencia’ y eso junto a casos de corrupción que afectaron al PP y las medidas que tuvo que tomar el gobierno de Rajoy para paliar los efectos de la crisis, hicieron la tormenta perfecta y 24 años después, en 2015, Rita se iba de la alcaldía y dos años después fallecía dejando en shock al PP.

Ahora, 4 años después, el PP de Valencia busca reivindicar su figura. El legado de 30 años que hoy se cumple. La portavoz del PP, María José Catalá, la ha propuesta como alcaldesa honoraria para hacer justicia, pero la izquierda sigue teniendo recelo de quien durante años fue su enemiga indestructible a batir. Varios colectivos solicitan además un reconocimiento en forma de calle o nombre a una infraestructura. Catalá quiere mirarse en el espejo de Rita para recuperar Valencia para el PP “Rita comenzó la gran transformación de la ciudad. Rita Barberá merece ser Alcaldesa Honoraria de Valencia. Y lo será en 2023”. Ahí queda.

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