Mazzorali: La nieta del cremonés que organiza el PP de la provincia de Valencia
La nueva secretaria general y líder en Llíria asumirá la responsabilidad de adoptar decisiones clave para el partido, como hace Teo a escala nacional con Pablo Casado
En 2018 Remedios Mazzorali se incorporó a la gestora provincial en Valencia del Partido Popular bajo la estrenada presidencia de Juan Ramón Adsuara. Por aquel entonces se integraba en un equipo que tenía como principal misión reflotar del hundimiento en el que languidecían a numerosas agrupaciones de su formación y grupos municipales.
Predicó con el ejemplo cuando ganó las elecciones en Llíria en mayo de 2019, por delante del alcalde del PSPV pese a que soplaba el viento a favor de esta última formación a escala estatal. Mazzorali, apellido que le viene de su abuelo italiano de Cremona, la tierra del más reputado lutier de ese país, Antonio Stradivari, se quedó a un concejal de gobernar frente a la alianza entre socialistas y Compromís.
En julio de 2020 el recién elegido presidente provincial del PP y alcalde de Gavarda, Vicent Mompó, le pidió que repitiera en la dirección del partido, esta vez con él al frente. Desde entonces, esta ingeniera industrial que forma parte de la junta directiva del colegio profesional que dirige Salva Puigdengolas ha ido orquestando, desde una segunda fila, el diseño de los congresos locales.
El suyo propio tuvo lugar en marzo, cuando fue reelegida presidenta del PP en Llíria. Ocurrió en medio de un proceso que comenzó en enero y duró hasta junio en el que Mazzorali se ha prodigado en asistir a otros cónclaves de su partido en municipios y también en mostrar apoyo a compañeros como la ex alcaldesa de Godelleta, Silvia López, defenestrada de su cargo presidencial en una moción de censura. En aquel pleno estuvo la edil de Llíria para dar ánimos junto a los ya habituales Modesto Martínez o Pepe Morgan, incansables en sus recorridos por las agrupaciones de toda la provincia.
La incorporación, a principios de julio, de Elena Bastidas, secretaria general provincial, a una de las vicesecretarías de la ejecutiva autonómica que dirige Carlos Mazón abría de par en par a Mazzorali las puertas de un cargo que en cierto modo ejercía desde una discreta segunda fila y que en la práctica llevaba su nombre desde hace meses, como ya anticipó este diario.
En plena quinta ola de la pandemia, con el protagonismo en el PP totalmente acaparado por la emergente figura de Mazón, el ascenso de Reme Mazzorali Tortajada a secretaria general en sustitución de Bastidas ha pasado casi desapercibido en los medios de comunicación. No obstante, tiene su relevancia en la sala de máquinas de la formación popular y supone el trampolín de lanzamiento para esta dirigente -"que se hace de querer y muy leal a su gente cercana", como la define un compañero- municipal y provincial.
Se convierte en la número dos de Mompó, en quien ejecutará el trabajo de campo en la dirección. Entre sus retos inmediatos se hallan concluir el proceso de congresos locales, cerrar las gestoras (ahí puede toparse con el problema de Requena) o gestionar altas y bajas de afiliación. Además, tendrá responsabilidad en la convención nacional de octubre del PP que se celebrará en Valencia o en, previamente, la cena de inicio del curso político que pretende acelerar la presión de su partido sobre el Consell. Y, a largo plazo, le corresponderá ratificar las candidaturas a alcaldía.
Mazzorali es a Mompó lo que María José Catalá a Mazón y Teo a Casado, aunque por el momento resulte menos conocida. Tampoco lo era Teodoro García Egea cuando el actual presidente del PP se apoyó en él como báculo para ganar las elecciones internas contra Soraya y Cospedal. Y hoy, tres años después, reluce como un todopoderoso secretario general. Mazzorali apenas lleva una semana.