Los alcaldes deciden a capricho
Los ayuntamientos valencianos dejan en manos del libre albedrío la celebración de las fiestas locales y escapan de cualquier lógica sanitaria
La celebración (o no) de las fiestas locales en los municipios valencianos se ha convertido en un nuevo epicentro de debate político. Varios ayuntamientos han decidido suspender todos sus actos festivos mientras la pandemia siga suponiendo un riesgo para la salud de los ciudadanos y exista el peligro de no respetar las medidas de seguridad decretadas por las autoridades sanitarias. No obstante, otros consistorios mantienen la programación prevista con cierta “normalidad”, lo que ya ha generado algunas polémicas por incumplir el toque de queda en localidades como Xàtiva.
Paiporta, Godella o l’Alcudia de Crespins son algunos de los municipios que han anunciado la suspensión de sus fiestas locales ante la situación epidemiológica que atraviesan. En el caso del ayuntamiento de Paiporta, la cancelación de las fiestas locales de Sant Roc por segundo año consecutivo se ha decidido, según explican, "con el apoyo unánime del tejido asociativo festero". La corporación municipal de l’Alcudia de Crespins, por su parte, reconoce que las Fiestas Mayores comportan actos multitudinarios “donde no se pueden garantizar todas las medidas que nos indican las autoridades”, lo que, a pesar del buen ritmo de vacunación, "nos hace adoptar medidas para asegurarnos de volver a la ansiada normalidad lo antes posible”.
Unos hechos que contrastan con la determinación de consistorios como el de Catarroja o Picassent para no renunciar a sus fiestas, aunque representan un mayor riesgo epidemiológico y se encuentran dentro de las 68 localidades con limitación de aforo a un máximo de 10 personas de las reuniones sociales y familiares y la restricción de la movilidad nocturna entre la 01.00 y las 06.00 horas. La programación incluye además conciertos previstos para las 23:00h de la noche, pudiendo incentivar la continuación de los festejos más allá del toque de queda decretado por la Conselleria de Sanitat.
De esta manera, el libre albedrío se convierte en el principal protagonista de unas fiestas que escapan de cualquier lógica o directriz marcada por las autoridades sanitarias y que hacen presagiar nuevas polémicas más allá de la posibilidad del repunte en el número de contagios por covid.