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Puig se gana un aliado inesperado en Sevilla tras superar su mayor desafío

El empoderamiento de la periferia y los gestos de complicidad entre Moreno y Puig arrinconan al Ejecutivo de Sánchez hacia la reforma urgente del sistema de financiación

Juanma Moreno y Ximo Puig

Juanma Moreno y Ximo Puig

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Quizás la sorpresa fuese previsible, pero cuesta asimilar la sintonía perfecta que han mostrado los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno, y de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, para abordar algo tan complejo y delicado como es la infrafinanciación autonómica. Suele ser habitual que las diferentes delegaciones gubernamentales dejen gran parte del contenido sellado antes de un encuentro institucional para cuidar al detalle el marketing político y dejar escaso margen a la improvisación. Ahora bien, lo que resulta inusitado es que dos representantes autonómicos de procedencias orgánicas diferentes -PP Juanma Moreno y PSOE Ximo Puig- alcancen tales niveles de complicidad, por mucho que los intereses sean compartidos. Y es que hasta en la discriminación también existen diferencias. Según datos del Ministerio de Hacienda y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), la Comunidad Valenciana ha recibido un total de 2.582 euros por habitante ajustado en 2021, lo que supone casi 100 euros menos que en Andalucía, donde perciben 2.679 euros por habitante ajustado. Eso sí, ambas autonomías se mantienen muy alejadas del extremo ‘privilegiado’ de la balanza financiera: Cantabria (3.305 euros), La Rioja (3.171 euros), Baleares (3.110 euros) y Extremadura (3.050 euros).Ximo Puig logra así superar con creces el primer gran escollo de esta ronda de contactos que ha emprendido con sus homólogos autonómicos para tejer una alianza (que no frente) hacia la ansiada reforma del modelo de financiación. El primero de estos encuentros fue sencillo. La cumbre valenciano-balear celebrada en Mallorca con la presidenta Francina Armengol encontró en la defensa de la periferia y la cogobernanza los vínculos propios de dos miembros de un mismo partido político. Igual de estéril fue el resultado alcanzado con el líder catalán, Pere Aragonés, donde la crítica conjunta a las políticas impositivas de Ayuso permitió a Ximo Puig ‘salir del paso’ ante las profundas diferencias fijadas por la hoja de ruta independentista.

Sin embargo, este tercer encuentro con Juanma Moreno suponía un punto de inflexión clave para demostrar al Gobierno de España que la fortaleza de la periferia ya no entiende de intereses partidistas. Tal es así, que la noticia del encuentro, lejos de ser un nuevo anuncio o reclamo conjunto, ha sido la sonrisa de oreja a oreja y los gestos de complicidad que ambos mandatarios han mostrado durante la “intensa” jornada de trabajo que se ha vivido en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. Ni un sólo ataque a Pedro Sánchez o intento de convertir la infrafinanciación en un conflicto partidista. Juanma Moreno ha compartido plenamente la posición de Puig de evitar frentes comunes contra el Ejecutivo central y se muestra consciente de las “complejidades” que conlleva abordar el nuevo sistema de financiación, tanto por tener que enfrentarse a los intereses de las autonomías en situación privilegiada como por estar obligados a alcanzar una mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados.

También han pedido al Gobierno central un fondo provisional de 1.700 millones que equipare a las comunidades infrafinanciadas con la media nacional y permita sufragar las necesidades derivadas del Estado de Bienestar. Aunque esta reivindicación, si bien ha acaparado todos los titulares, tampoco resulta inédita.En el Consejo de Política Fiscal y Financiera celebrado en julio de este año, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, ya propuso a la titular ministerial María Jesús Montero utilizar un tramo del Fondo Extraordinario Covid 2021, dotado con 13.486 millones de euros, para destinarlo de forma única a las comunidades peor financiadas como fondo de nivelación. En concreto, la iniciativa contemplaba desviar hasta 2.278 millones de euros, de los cuales 1.058 debían acabar en las arcas públicas de la Comunidad Valenciana. El propio conseller valenciano se mostró “gratamente sorprendido” cuando la ministra decidió en la misma sesión plenaria hacer suya la propuesta y someterla a votación “al considerarla legítima''. No en vano, algunas autonomías, con la madrileña liderando la “reacción más dura”, se opusieron de forma contundente a participar en la votación, hasta el punto de obligar a la líder nacional a retirarla. Precisamente, con las políticas impositivas de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso se ha producido la única divergencia entre ambos líderes regionales. Juanma Moreno ha defendido de forma férrea la libertad tributaria para garantizar, a su vez, la autonomía política en la gestión de las propias competencias. Por su parte, Ximo Puig considera compatible la corresponsabilidad financiera con una armonización fiscal adaptada a los nuevos tiempos y que evite la deslocalización. “Debemos tener claros los principios constitucionales de progresividad y la defensa de la armonización impositiva que se está marcando a nivel europeo”, añade Puig.Fuego amigoY con los impuestos llegaron también las anécdotas del encuentro. El presidente del Gobierno valenciano se vio sorprendido en rueda de prensa con una pregunta que muy probablemente no podía prever: “¿Entra su idea crear nuevos impuestos para mejorar la capacidad tributaria de la Generalitat?. En concreto, la cuestión hacía referencia al anuncio que habían hecho los otros vicepresidentes, Mónica Oltra y Héctor Illueca, de promover una tasa turística que revierta en políticas de emancipación de jóvenes. La dificultad radicaba en que la propuesta se comunicó a los medios de comunicación mientras el 'president' se encontraba reunido en Sevilla. No obstante, Puig ha tratado de ubicar el debate en el marco de las peticiones formuladas por "algunos partidos políticos". "Ahora lo que necesitamos es reactivar el sector turístico. Dicho esto, la cuestión de la tasa turística debe negociarse y se debe plantear también al sector", argumentaba en rueda de prensa Puig.Otra de las anécdotas que se ha vivido a lo largo de las comparecencias la ha protagonizado Juanma Moreno al echar la bronca a su jefe de comunicación en pleno directo por el ruido que se estaba generando al fondo de la sala. "Ruego silencio a los periodistas del fondo, incluido a mi jefe de comunicación. Aquí hay gente que está trabajando y resulta complicado concentrarse", denunciaba Moreno Bonilla.

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