La Embajada: Catalá inicia el cambio
Como decía Rita, para ganar la Moncloa hay que ganar la Comunidad Valenciana, y para ganar la Comunidad Valencia hay que ganar el Ayuntamiento de Valencia
Las tendencias son decisivas en política. Lo que un día es azul, cambia a rojo de la noche a la mañana sin que nadie sepa muy bien por qué. A partir de ahí, todo se tiñe de rojo, hasta que otro buen día, sin saber tampoco por qué, vuelve la ola vuelve a teñirse de azul. Y lo normal es que nunca haya una única razón que explique ese cambio. Es más bien la suma del agotamiento de unos y los aciertos de los otros.
María José Catalá echó el otro día un cubo de pintura azul en la ola de la política valenciana. Fue la clara vencedora del debate de política general. La fuerza de su discurso apagó el de Ximo Puig, quien cayó en el error de atiborrar al auditorio con datos. Silencio a Mónica Oltra y a los suyos sacando de nuevo a la palestra el trato recibido por la niña de la que abusó el ex marido de la Vicepresidenta. Quizás Oltra pensaba que eso ya estaba superado, que plantándole cara a Ximo Puig iba a conseguirse pasar la página del peor escándalo de la historia reciente de la Comunidad Valencia. Pero Catalá estuvo para impedirle irse de rositas.
De paso, la torrentina, puso en entredicho el liderazgo del Ximo Puig. Un verdadero líder sale en defensa de los suyos y Puig no lo hizo. Así pues, una de dos; o no es buen líder o no considera a Oltra de los suyos. En cualquiera de los dos casos el President perdió autoridad.
El discurso de Catalá también ensordeció lo poco que tenían que decir el resto de grupos parlamentarios, que quedaron noqueados como un equipo de tercera regional ante la selección de Del Bosque en 2010.
Carlos Mazón y Pablo Casado están en deuda con Catalá. Como decía Rita, para ganar la Moncloa hay que ganar la Comunidad Valenciana, y para ganar la Comunidad Valencia hay que ganar el Ayuntamiento de Valencia. María José ya ha empezado a andar el camino, la ola empieza a azularse.