Mireia Mollà culpa a su propio equipo de la muerte de 11 burros menos a sí misma
La conselleria estuvo casi un mes sin responder al problema tras informarse el 22 de septiembre. Dimite el director general del Medio Natural pero la consellera no se hace responsable
Y por fin después de varios días de silencio la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, compareció para informar sobre la extraña muerte de 11 burros en el parque natural del Desert de Les Palmes dentro de un proyecto avalado por su departamento. La dirigente nacionalista ha culpado a todo el mundo del trágico suceso: al ganadero, a la dirección de parque y a los miembros de su propia Conselleria. A todos, en el sentido más amplio de la palabra. Pero ella no asume ninguna responsabilidad porque "de lo que no sé no puedo actuar". De hecho, asegura que no se enteró del suceso hasta el pasado 13 de octubre, cuando una persona publicó las fotos de un burro muerto en redes sociales y decidió a título personal abrir un expediente.
No en vano, desde el 22 de septiembre la dirección del parque natural del Desert de Les Palmes alertó en reiteradas ocasiones a la Conselleria de los "serios problemas" derivados del proyecto con los animales. En una primera instancia, se emitió un comunicado a su departamento para dar a conocer la muerte de ocho burros y la existencia de varios elementos extraños, entre ellos el inusual comportamiento de los burros o la rotura del vallado perimetral.
A partir de ese momento y hasta el 13 de octubre -casi un mes-, Mollà reconoce que se fueron sucediendo una serie "errores de comunicación" que impidieron a la jefa de sección elevar el informe a un órgano superior de la misma Conselleria. Si bien reprocha a la dirección del parque haber utilizado el correo electrónico como herramienta de comunicación y no solicitar en el escrito la asistencia de veterinarios oficiales ni denunciar de manera explícita el alcance real de la situación.
Ante la falta de respuesta, la dirección del parque volvió a mandar un escrito el 8 de octubre anunciando que habían procedido a abortar el proyecto porque la cifra de fallecidos ascendía ya a 11 burros. En esta ocasión, la jefa de sección le hizo llegar el correo al director general del Medio Natural, Benjamín Pérez, quien dedujo que el parque se había encargado de la retirada de los cuerpos y no era necesaria la intervención de la Conselleria. Hasta el 13 de octubre, según la propia Mollà, ni tiene constancia de lo ocurrido ni procede a actuar.
Mollà sostiene que en ningún caso ha sido la promotora del proyecto, sino que fue el propio ganadero el que lo propuso. En ese mismo acuerdo que selló con la Consellleria, Mollá recalca que el control sobre los burros correspondía al ganadero y la dirección del parque se encargaría de ayudarle. Por ello, les acusa a ambos de comportamiento negligente y anuncia la apertura de un expediente administrativo contra la dirección del parque. Además, Benjamín Pérez, el director general del Medio Natural ha presentado su dimisión.