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Puig no responde a las críticas del PP sobre el Puerto y el catalanismo

La síndica del PP, María José Catalá, le interroga por la "deriva catalanista" del Gobierno valenciano y Ximo Puig le replica con la "operación 10%"

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, interviene durante un pleno en las Cortes Valencianas,

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La síndica del PP en Les Corts, María José Catalá, ha exhibido en la sesión de control al Gobierno valenciano un perfil político muy distinto al que mostró en su estreno de la semana pasada. Ya no tenía nada de ese toque humorístico visible en su carta de presentación, pero con algo de ingenio ha logrado en esta ocasión provocar un nuevo alboroto en el parlamento valenciano.

Y es que aunque su Grupo se comprometió a preguntar al ‘president' de la Generalitat sobre cómo valora la situación económica y social de la región, pero a la hora de la verdad, cuando Catalá se ha plantado en la tribuna de oradores, el objetivo inicial de su interrogatorio ha quedado algo distorsionado. Hasta tal punto que la conclusión de su intervención se ha sintetizado en una única cuestión: “¿Quién gobierna en la Comunidad Valenciana, Ximo Puig o Pere Aragonés?”.

Transcurrido un mes del debate de política general, donde se marcan las líneas programáticas a seguir durante el año, la síndica del PP denuncia que el Consell todavía no ha cumplido con ninguna reivindicación de la agenda valenciana: infrafinanciación, escasez de agua o infraestructuras. Lejos de ello, Compromís se ha aliado con ERC, CUP y Mas Madrid en el Congreso de los Diputados para ‘boicotear’ la ampliación del Puerto de València en una PNL donde se pide a Valenciaport que renuncie a la construcción de la terminal de cruceros, así como a la duplicación de carriles de la A-7 (by-pass), de la V-30 y V-31, y del acceso norte terrestre al Puerto.

Con todo, Catalá acusa al jefe del Consell de financiar un ‘procés invisible’ que “promueve a entidades catalanistas o la persecución de profesores, una hoja de ruta que vincula con la puesta en marcha en Cataluña y por la que se cuestiona quién está realmente bajo el control de la Comunitat Valenciana.

Ante tales acusaciones, Puig ha decidido responder a lo que él mismo consideraba “fundamental”, mientras le reprochaba a la principal fuerza de la oposición que sus intervenciones tan sólo sirvan para realizar una aportación a la “tertulia valenciana”. Por ello, ha decidido eludir todas las críticas de Catalá para plantear otro propósito alejado de todo ese entramado: la operación del 10%. Se trata del porcentaje de población que queda por vacunar y que resulta esencial para la actual agenda del Consell, la de la superación de la pandemia.

A su parecer, las prioridades del Gobierno valenciano no pueden ser otras que las de la sociedad valenciana, por lo que cree que no tiene sentido debatir sobre asuntos estériles. Así, se ha centrado en demostrar que los indicadores económicos y sociales son mejores que los dejados por el PP en 2015 pese a la pandemia. Entre ellos el aumento de la esperanza de vida, la creación de empresas, la tasa de abandono de estudios o los niveles de paro.

Una respuesta que no ha gustado nada en la bancada 'popular', donde le han reprochado entre un amplio griterío que no haya hecho alusión al “boicoteo” del Puerto de Valencia o a la financiación de entidades pancatalanistas.

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