La Generalitat gasta 30.000 euros en Joan Fuster… y 3 millones en Espai Raimon
El ensayista de cabecera de la izquierda valenciana y el catalanismo y el músico favorito de Ximo Puig contarán con cuantiosas subvenciones públicas para difundir su obra
El ensayista de Sueca, Joan Fuster, autor de ‘Nosaltres els valencians’, considerada obra de cabecera del nacionalismo valenciano de orientación catalanista o fusteriana, y el músico de Xàtiva, Raimon, uno de los fetiches de la izquierda y favorito del presidente Ximo Puig -le pagó una gira- van a seguir contando con el favor del dinero público según lo anunciado y acordado en el pleno del Consell de esta semana. Ambas figuras van a recibir subvenciones para difundir su obra, obra que es cabecera para los partidos del Botànic.
En concreto, el Consell ha aprobado un convenio de colaboración de 30.000 euros entre la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de Sueca para financiar los gastos de funcionamiento del Espai Joan Fuster y la realización de actividades que tengan como objetivo fomentar la lectura y el estudio de la obra del escritor que anhelaba los ‘paisos catalans’.
En el caso de Raimon, el presidente Ximo Puig ha firmado un convenio con el alcalde de Xàtiva, el socialista Roger Cerdà, para la rehabilitación del Real Monasterio de Santa Clara de la localidad setabense, a través del cual la Generalitat aportará 3 millones de euros para convertirlo en el Centro Raimon de Actividades Culturales, que constituirá "un espacio vivo" donde conocer el legado de la obra artística de Raimon.
Puig nunca ha ocultado su predilección por el cantante Raimon, autor de obras como ‘Al Vent’ y cercano siempre a los círculos catalanistas. La Generalitat gastó 309.760 euros en 16 conciertos de la la gira “Raimon a casa” nada más llegar al poder el Botànic en 2016. El propio Ximo Puig cargó como gasto oficial 976 euros del coste del alojamiento con motivo de un viaje a Barcelona para asistir a un concierto de Raimon y le entregó la Alta Distinción de la Generalitat en su primer 9 d’Octubre en 2015, para reparar según Puig una “deuda histórica”.