Caso IVAM: La obra póstuma de Rueda "es auténtica, válida y legal"
La ex directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno mantiene que la compra de esculturas de Gerardo Rueda fue correcta en la forma y en el fondo.
Así de contundente se manifestaba en su declaración la ex directora del IVAM Consuelo Císcar en el primer día del juicio oral en el que se verá la legalidad de la operación de la doble adquisición, compra y donación a la vez, de obra póstuma del prestigioso artista de la abstracción moderna en España Gerardo Rueda, allá por los años 2004 y 2006. Ése ha sido, precisamente, el corte elegido por Ápunt de la señal facilitada por la Audiencia a los medios de comunicación.
Tras el despliegue de pequeñas esculturas, pinturas y collages originales que su heredero José Luis Rueda, con autorización expresa del Tribunal, extendió por la Sala Tirant lo Blanch donde se celebrará la vista durante las próximas semanas, dio comienzo la sesión en la que defensas y acusaciones debatieron sobre las denominadas cuestiones previas. No eludió el letrado Juan Molpeceres reiterar sus habituales protestas durante la instrucción sobre la parcialidad de la magistrada que la dirigió, la insistencia en una investigación prospectiva en la búsqueda de cualquier cosa que pudiera aparecer e, incluso, en la falta de rigor en la custodia de la cadena de
pruebas informáticas y en la propia obtención de las mismas.
Por el contrario, para las acusaciones y en particular para la fiscal Virginia Abad en la que será su última intervención como fiscal anticorrupción, puesto que ha anunciado su dimisión por motivos personales, nada de eso ocurrió. El Tribunal -como es habitual en estos casos- retrasó a sus deliberaciones finales pronunciarse sobre las presuntas irregularidades que llevaron al letrado a solicitar la nulidad y archivo de la actuación.
Pero el plato fuerte del día ha sido la declaración de la primera imputada. Serena y amable en sus contestaciones -únicamente a su propia defensa- Consuelo Císcar ha comenzado por dejar constancia de la inmensa tristeza que le produce ver el nombre de Gerardo Rueda a los pies de los caballos por una interpretación inoportuna e inverosímil de lo que, a su juicio, se realizó de forma adecuada en el fondo y en la forma, confiando en que sus propias aclaraciones, las de los otros dos acusados y los numerosos expertos que prestarán testimonio, demuestren la transparencia y corrección de la adquisición del Museo.
Así mismo tuvo ocasión de establecer su criterio sobre las características que debe cumplir la obra póstuma para ser considerada auténtica, basándose en la experiencia en el mundo del arte, en la práctica museística y en ejemplos de la importancia de la obra de Julio González que singulariza al IVAM hasta el punto de darle nombre propio. Antes, el letrado Santiago Milans del Bosch había recordado las autorizaciones expresas firmadas de puño y letra por el autor para que su heredero
pudiera reproducir su obra a escala monumental, y los originales utilizados para ello -propiedad de su patrocinado- poblaban la sala como evidencia.
En consecuencia, se desgranaron preguntas y respuestas sobre la iniciativa e interés de la adquisición del museo, el procedimiento administrativo para hacerlo, la determinación del precio a pagar, y otras cláusulas adicionales del contrato.
No ha hecho más que empezar, pero los indicadores mantienen esperanzados a los acusados sobre la opción de un resultado favorable para ellos.
En la segunda sesión prestará declaración el que fuera Director Económico por entonces, Juan Carlos Lledó.