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El lío del conseller España entre tender la ropa y la perspectiva de género

El responsable de Política Territorial, Arcadi España, quiso rebatir las críticas a esta corriente urbanística y acabó con un ejemplo que generó inquietud en el parlamento valenciano

Arcadi España, conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad

Publicado por
J.M

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Cada vez son más las noticias en las que se anuncian construcciones en ciudades con perspectiva de género, aunque muy poca gente es capaz de comprender la importancia de aplicar esta corriente urbanística en las nuevas edificaciones. Entre otras cosas, porque algunas formaciones políticas están tratando de abanderar ahora un sesgo que se ha puesto en cuestión a lo largo de los siglos, comenzando por las feministas materialistas en la revolución industrial, hasta teóricas del urbanismo de los años 70 como Jane Jacobs o Denise Scott Brown y porque los propios representantes políticos tampoco son capaces de explicar a la ciudadanía en qué consiste la perspectiva de género.

El conseller conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, ha querido aprovechar su intervención en Les Corts para rebatir todas las críticas contra este tipo de edificaciones, pero volvió a caer en el tópico reduccionista sobre la adaptación a las necesidades del hombre o la mujer. Y tampoco es que lo hiciese con un ejemplo demasiado clarificador. Arcadi recordó una conversación con un técnico urbanista que le explicó que “antes se diseñaban casas, fincas y pisos sin que hubiese espacio para tender la ropa porque el arquitecto que la diseñó nunca había tendido la ropa”.

Unas declaraciones que han suscitado bastante inquietud por parte de la oposición al dar por hecho que tender la ropa es una tarea propia de las mujeres. No en vano, lo que pretende la arquitectura con perspectiva de género es disolver la clasificación y jerarquización de los espacios asignados a los roles, creando igualdad en los espacios y el disfrute de los mismos. Es decir, se trata de crear ciudades compartidas y seguras para todos: mujeres, hombres, niñas, niños y personas de la tercera edad.