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Sánchez recurre al pasado como 'antídoto' ante el avance de la derecha

El presidente del Gobierno deja fuera de su discurso las grandes reivindicaciones de Puig como el Corredor Mediterráneo, el Trasvase Tajo-Segura o la gestión del Cercanías

Ximo Puig y Pedro Sánchez en el acto de clausura del 14 Congreso del PSPV celebrado en el Hotel Bali de Benidorm

Ximo Puig y Pedro Sánchez en el acto de clausura del 14 Congreso del PSPV celebrado en el Hotel Bali de Benidorm

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Después de la tormenta viene la calma. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto el colofón final al 14 Congreso del PSPV de Benidorm para encumbrar a Ximo Puig como secretario general de los socialistas valencianos por tercera vez, pese a que en su día anunció que no optaría a la reelección.

Su aparición en este cónclave se produce tras una abrupta jornada de negociaciones entre los miembros más próximos al exministro José Luis Ábalos, más conocidos como ‘abalistas’, y los simpatizantes de Puig -los ‘ximistas’- a fin de intentar acaparar las mayores cuotas de poder posible en la nueva Ejecutiva que regirá los órganos del partido de cara a los próximos cuatro años. Una negociación que se prolongó hasta la madrugada por los pasillos del Hotel Bali y que culminó con la integración de varios miembros del sector crítico de los socialistas en la cúpula directiva. Entre medias, también se escenificó algún que otro episodio sorpresivo que derivó hacia un malestar generalizado entre compañeros de filas, como el desplante a Ábalos y los delegados afines en mitad del discurso de Puig o la reunión de los ‘abalistas’ en torno a la figura de la máxima exponente de los críticos y secretaria general del PSPV en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero.

Pero Puig no quería líos. Con el paso de las horas fue capaz de destensar de forma controlada la atmósfera hasta hacer desaparecer cualquier resquicio de rencor que pudiese amenazar el acto de clausura. Fuentes cercanas a la órbita del que fuera número tres de Sánchez reconocen a ESdiario sentirse “muy satisfechos” por verse representados en los órganos de gobierno del Congreso Federal, mientras los próximos a Puig también logran materializar esa imagen de unidad que venían reivindicando en los días previos al cónclave. De este modo, una vez consensuado el acuerdo los ‘abalistas’ fueron abandonando el hotel, entre ellos Mercedes Caballero, para dar paso al discurso de Pedro Sánchez que pondría el punto y final del Congreso.

Pese a disponer de una segunda oportunidad en tan sólo un mes para dedicar parte de su intervención a las reivindicaciones valencianas más allá del mero “Buenos días Valencia” empleado en el Congreso Federal celebrado en Feria Valencia, Sánchez tan sólo ha hecho uso de un par de minutos para reiterar el “compromiso” del Gobierno de España por lograr una financiación justa y la descentralización de las instituciones de manera muy genérica. El resto, un discurso pomposo vacío de contenido que le ha servido para repetir su mantra ideológico que traía de meses anteriores y atacar, una vez más, al Partido Popular.

Ni la gestión del Cercanías, ni el impulso corredor Mediterráneo, ni el mantenimiento del Trasvase Tajo-segura. De estos temas sobre los que Puig se comprometió en el Debate de Política General de Les Corts a elevar el tono al Gobierno de España ni tan siquiera los ha mencionado. Se trata además de los tres pilares de las críticas de "ninguneo" que desde el Partido Popular, y en ocasiones también desde sus socios de Compromís y Podemos, se lanzan contra el presidente valenciano.

Pedro Sánchez ha basado su discurso en la recuperación postpandemia y en la 'vía valenciana' como "modelo a seguir" para lograr este objetivo. A su parecer, la labor de Ximo Puig al frente de la Generalitat ha permitido proteger la salud, el tejido productivo y el empleo, y por ello "esta región se encuentra a día de hoy en la mejor situación de España para relanzar la economía".

También ha recordado que la 'vía valenciana' elude a la exigencia de garantizar una sanidad pública que en la Comunitat valenciana "empezó con la derogación del pago farmacéutico y la reversión de las concesiones sanitarias". En concreto, se ha referido a los casos de Torrevieja y Alzira como ejemplos de gestión público-privada puesto en marcha en los Gobiernos del Partido Popular y que ahora han pasado a ser 100% públicos.

A raíz de ello, se ha centrado en rememorar los "duros" meses de lucha contra la pandemia, cuando gobernaba la "incertidumbre" y la "carencia" de recursos sanitarios pero que, gracias a la cogobernanza, han logrado superar "aunque algunas formaciones políticas vengan ahora diciendo que España está en quiebra".

Del mismo modo, ha agradecido a Ximo Puig la "lucidez" que mostró durante esa etapa en las videoconferencias y a su ímpetu por "anteponer siempre el interés general al particular". "En muchos de estos foros que mantuvimos no solo se descubre al político, sino también a la persona. Eso es lo que me ha ocurrido con Puig", subraya. Con estas constantes alusiones al pasado, Sánchez ha dejado de lado la gran mayoría de retos futuros que tiene por delante el país, sustituyendo las ideas por la nostalgia.

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