Puig reniega de una manifestación contra el Gobierno 3 días después de hacer una
El president de la Generalitat pide una solución "sin pancartas" para la defensa del agua en Alicante justo tres días después de encabezar la manifestación contra la infrafinanciación
Para unas cosas sí pero para otras no. Probablemente esta haya sido una de las expresiones más empleadas por nuestras madres cuando salíamos decididos a jugar a la calle con nuestros amigos pero, al volver a casa, ya no nos apetecía hacer los deberes. Aunque este tan sólo es un ejemplo de miles, la intención en todos los casos pasaba por dejar en evidencia nuestra incongruencia y forzarnos así a cumplir con nuestras obligaciones. En algunas ocasiones con mayor efectividad que en otras, ya que todavía hay personas que mantienen este planteamiento interesado muy arraigado a su personalidad.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, aprovechó su encuentro en Alicante junto a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, para reiterar su compromiso por la defensa de los regantes y su lealtad en la búsqueda de soluciones de consenso, donde no cabe “ni fanatismo ni pancartas”.
Unas declaraciones del todo comprensibles si no fuese porque, precisamente, tres días antes se encontraba en Valencia encabezando una manifestación para exigir al Gobierno de España un nuevo modelo de financiación autonómico que acabe con los agravios comparativos y garantice la igualdad de recursos entre españoles. Si bien el peso de esta última se fue diluyendo durante los días anteriores con anuncios esperanzadores, los partidos del Botànic se vieron ‘forzados’ a acudir para evitar comparaciones con la protesta que se organizó en 2017 contra el Gobierno popular del ministro Montoro.
Lo curioso es que tanto en la 'guerra del agua' como en la 'guerra por la infrafinanciación'', la única solución pasa por alcanzar un acuerdo con el Gobierno de España, la primera a través del Ministerio de Teresa Ribera y la segunda con la titular de Hacienda María Jesús Montero. De hecho, en esa mesa de Diálogo celebrado en Alicante también participó el alcalde de la ciudad, Luis Barcala, con un tono reivindicativo que no gustó nada ni a Puig ni a Teresa Ribera. Una evidencia más de que alcanzar un acuerdo en el Tajo-Segura será una tarea complicada con la Generalitat en una posición incómoda, entre defender a los regantes y evitar criticar abiertamente al Gobierno.
No en vano, Luis Barcala le pidió a Puig mayor "contundencia" en la defensa del trasvase, que califica de “irrenunciable mientras su compañeros de partido perpetran recorte tras recorte". "Los alicantinos no vamos a dar un paso atrás, porque nos sentimos engañados y desamparados", añadió el alcalde.
Por su parte, Puig se ha referido a los trasvases como infraestructuras "básicas" para garantizar agua a la provincia de Alicante, reiterando la irrenunciabilidad del trasvase Tajo-Segura y con el anuncio de que la Generalitat destinará 25 millones de euros a actuaciones de mejora del trasvase Júcar-Vinalopó en los próximos tres años.