Ribó "privatiza" la Navidad mientras deja a la ciudad sin luces ni decoraciones
Los vecinos deben pagar 14 euros para acceder al Jardín de Viveros y poder así disfrutar de las luces y decoraciones que este año no tiene la ciudad de Valencia
Estas navidades Valencia está más apagada que nunca. El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, ha decidido dejar a todos los vecinos sin el belén, el tradicional árbol y unas luces de navidad que quedan reducidas a dos bolas gigantes en la plaza del Ayuntamiento. Pero en mitad de toda esta melancolía un pequeño rincón de la capital del Turia se alza como la última esperanza de los vecinos y visitantes a fin de poder disfrutar de grandes espectáculos de luces y colores. Al menos, para todas aquellas personas que dispongan de los 14 euros que vale la entrada.
Porque el Ayuntamiento ha convertido lo que debería ser un derecho de los vecinos en un privilegio al alcance de unos pocos. Y para lograrlo ha optado por “privatizar” un parque público como es el Jardín de los Viveros para que una empresa privada pueda obtener un rédito económico ya no sólo aprovechando la escasa iluminación del resto de la ciudad, sino también restringiendo el acceso a un espacio que en teoría debería ser público. Una tesitura insólita a tenor de la campaña que tanto desde el Ayuntamiento como de la Generalitat se está lanzando contra todos aquellos procedimientos que impliquen algún elemento de privatización.
Cerca de dos kilómetros lineales del parque se han convertido en un 'Christmas Gardens' a lo largo del cual millones de puntos de luz iluminarán la estación más oscura del año. Las personas que puedan permitirse acudir a Les llums de Vivers previo pago y con horario confirmado encontrarán monumentos escultóricos, naturaleza escenificada y un ambiente alegre y festivo. Los jardines bañados en colores y luces brillantes por todas partes, además de puntos como el 'jardín de láseres' -con caminos encantados de una forma completamente innovadora mediante rayos láser discretamente colocados-, trasladarán a los visitantes a un paisaje de cuento de hadas invernal y resplandeciente.
El espectáculo está hecho a imagen y semejanza de otros jardines luminosos centroeuropeos -de hecho, la publicidad es similar a la que la empresa concesionaria ha exhibido en otros lugares como Berlín- y comienza con las primeras sombras de la noche. El complejo abre las puertas de 18 a 21.30 horas y promociona el producto como “un luminoso paisaje de cuento de hadas con juegos de luces navideñas, impresionantes vegetaciones iluminadas y creativas figuras lumínicas”.
El concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo y la de Espacio Público, Lucía Beamud, mostraron su apoyo a la iniciativa sin hacer mención ni al precio ni a la escasa iluminación del resto de la ciudad. “Desde el Ayuntamiento hemos posibilitado la realización de esta intervención efímera en el Jardín de Viveros porque queremos abrir la ciudad a cualquier iniciativa empresarial que sea positiva para València. En este caso, además, esta intervención pone en valor un lugar tan importante como Viveros, sitúa a València al nivel de otras capitales europeas que ya cuentan con el Christmas Garden y, por último, va en la línea de descentralizar las actividades navideñas y apostar por los barrios”.