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Un año de LOMLOE: reflexiones y contradicciones de la ley de educación

Contiene medidas que desprestigian y bajan el nivel de la educación pública y que además son un claro mensaje al alumnado: puedes pasar de curso y obtener tu título en estas condiciones

Pilar Alegría ha heredado la ley de educación de su antecesora, Isabel Celaá

Publicado por
Lucas Ortega Salinas *

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El tiempo pasa volando, pues ya hace casi un año que se aprobó la Ley Orgánica de modificación de la LOE (LOMLOE), una norma que como ya hemos manifestado en varias ocasiones, nace sin el consenso necesario, sin un pacto de Estado que de verdad y honestamente aborde los temas de futuro y a espaldas de los docentes.

Se trata de la novena Ley de Educación de la democracia, un camino iniciado en la década de los setenta del pasado siglo -esto suena antiguo, pero realmente no ha transcurrido tanto tiempo-. Desde entonces hasta hoy se han ido sucediendo las diferentes leyes al arbitrio de los políticos gobernantes en cada momento, por desgracia en este tiempo se ha mantenido una constante; nuevas normas sin tener en cuenta al profesorado, al que por supuesto se responsabiliza y sobrecarga con toda la burocracia para su implantación.

Como bien dice el refrán "el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra", cierto es, lo triste es que llevamos demasiadas veces con el mismo error... Aquí tenemos una nueva ley de parte, que no surge del consenso entre los profesionales de la educación y de las experiencias reales en el aula, ¿es así como nuestros políticos quieren mejorar el sistema educativo?

La nueva ley incluye aspectos positivos, entre otros podemos destacar: El apoyo en el texto a la educación pública, se incorporan itinerarios diferentes y no discriminatorios, la implantación de nuevo de los programas de diversificación curricular, el refuerzo a la educación profesional y a sus docentes, la vuelta a los ciclos de 2 cursos en educación primaria, el plan de extensión de la red de centros de primer ciclo de educación infantil y también concreta un aumento de la inversión educativa en el plazo de 2 años del 5% del PIB.

Por supuesto estas medidas requieren un despliegue normativo y un esfuerzo real de todas las administraciones implicadas para su puesta en práctica. Desde CSIF estaremos atentos y vigilantes para que no queden en papel mojado.

Por otro lado es significativo que modifica cuestiones laborales de los docentes sin haber contado con los afectados, no se modifica lo articulado en la LOE sobre ratios y tampoco hace mención a recursos específicos para planes de refuerzo. Una ocasión perdida para poder impulsar de modo serio y coherente estos aspectos.

Contiene evidentes contradicciones, para muestra un botón:

En el artículo 1 de la LOMLOE se detallan los principios de la educación, se trata pues de los pilares básicos de nuestro sistema educativo; entre otros se hace mención a una enseñanza de calidad, equitativa e inclusiva, que garantice la igualdad de derechos, deberes y oportunidades, basada en el respeto a la diversidad y sin ningún tipo de discriminación.

También se hace referencia expresa al esfuerzo individual y la motivación del alumnado. Este punto me ha llamado la atención dado que en la práctica en la ESO se va a poder promocionar y titular sin límite de áreas suspensas y en bachillerato se podrá obtener el título con un área suspendida. En definitiva medidas que desprestigian y bajan el nivel general de la educación pública y que además son un claro mensaje al alumnado: puedes pasar de curso y obtener tu título en estas condiciones. ¿De este modo se pretende fomentar el esfuerzo individual y "motivar" a nuestros alumnos? En mi opinión este no es el camino.

La implantación de la LOMLOE está siendo progresiva, si bien algunas cuestiones como la admisión de alumnos o la selección de la dirección de centros ya se implementaron desde su entrada en vigor, bajo mi punto de vista lo más importante se va a aplicar a partir del curso 2022/23: currículo, organización y objetivos de los diferentes niveles y etapas.

Por desgracia en esta Ley de Educación hasta la fecha no se ha dado participación a los representantes del profesorado, no se nos ha escuchado ni tenido en consideración. Ahora toca desarrollarla en sus diversos ámbitos, por ello desde CSIF vamos a seguir trabajando en su mejora con convicción, con responsabilidad y un claro compromiso por la educación pública para que se escuche la voz de los docentes.

*Docente y delegado del sindicato CSIF en Educación.