Pablo Delgado, el estratega de las victorias judiciales de Paco Camps

Tras la absolución del Jurado Popular en el caso de los trajes, Francisco Camps cambió de abogado, cuestión inimaginable, pues cuando llovían las imputaciones, lo lógico hubiese sido volver a confiar en el exitoso y reconocido catedrático Javier Boix que dirigió su defensa cuando tuvo que dimitir como presidente de la Generalitat para ser juzgado.

En los años sucesivos a aquella sentencia absolutoria, las reiteradas denuncias del PSOE y de la propia Fiscalía Anticorrupción, heridos en su orgullo tras la derrota y el ridículo de haber llevado gratuitamente a un presidente al banquillo del TSJCV, han vuelto a hacer pasear Camps por las más variadas imputaciones. Hasta nueve más según Camps que púbicamente repasa en sus comparecencias.

Muchos eran los que en foros diversos poníamos en cuestión ese cambio en la defensa. Del catedrático al alumno, del reputado penalista al generalista, del reconocido y mediático al discreto Pablo Delgado, que aparece en las fotos de los paseíllos judiciales escondiéndose y siempre en un segundo plano.

Visto lo visto, no se puede menos que reconocer el acierto de Camps en el cambio. De los juicios y condenas que le auguraban algunos, por el ‘pufo de la Formula 1’, o del desfalco en la construcción del circuito, o la Fundación de la Visita del Papa, o las cajas B del PP, hemos pasado a los archivos impredecibles de todas esas causas, de la que sólo queda en pie una, la última de las abiertas tras al pacto de Ricardo Costa con la fiscalía anticorrupción en la Audiencia Nacional por el que evitó Costa entrar a cumplir su condena en la cárcel.

Fuentes conocedoras de los procesos nos dicen que Delgado nunca da nada por perdido, que recurre hasta las comas, que planifica los procedimientos como si se tratara de batallas, que es un estratega, que tiene un equipo muy completo, que nada deja al azar, que cuida hasta el último detalle y que hasta dice como se tienen que vestir y comportar sus clientes para ir declarar al Juzgado, pero ante todo que procura que su trabajo no se note.

De la conselleria de Oltra al Valencia CF

En la reciente aparición de Camps ante los medios de comunicación, en la que anunció un recurso al Tribunal Europeo de Justicia por la persecución política que sufría, Delgado dijo que su trabajo con Camps era sencillo pues se trataba de defender a un inocente. Estas mismas fuentes nos dicen que su actividad en los juzgados es la pesadilla del Gobierno del Botànic.

Consiguió la condena de la conselleria de Oltra por el cierre del centro de menores de las Terciarias Capuchinas de Segorbe, impulsó la defensa de los colegios concertados para recuperar los conciertos consiguiendo la condena de la Conselleria de Marzà, y ahora desde su despacho se lleva la acusación a Mónica Oltra y su equipo por los presuntos delitos cometidos para defender espuriamente al que fuera marido de la vicepresidenta, hoy condenado por un delito de abusos sexuales a una niña custodiada por la propia conselleria. También ha tenido protagonismo con éxito incluido en los caso Nóos o Taula.

Y su mano llega al mundo del fútbol, pues Delgado impulsa en diversos foros el asedio jurídico a Lim y a Meriton denunciando los incumplimientos de éstos, cuestión que no le coge de nuevas ya que de su despacho salió la demanda que tumbó el aval del IVF a la Fundación del Valencia CF por incumplir la normativa europea en materia de ayudas públicas, lo que lamentablemente acabó por la imposición de Bankia con la entrada de Salvo y Aurelio Martínez en la escena. Y de lo de Camps… ahora les queda Europa.

Sobre todo los nacidos en el siglo pasado, recuerdan que Pablo Delgado, con 32 años, fue candidato a la presidencia de la Generalitat por el CDS de Adolfo Suárez. Y algunos de los nacidos también en el XXI saben que Delgado tiene ofertas incluida un "regreso" a la política.