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Un método científico para encontrar pareja se adelantó tres siglos a Tinder

El filósofo español Feijoo, muy popular en Europa y el mundo hispánico durante el XVIII, creía que hombres y mujeres eran inteligentes por igual y que sentían las emociones de forma similar

Según esta premisa, hombres y mujeres experimentarían de la misma forma el sentimiento amoroso

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¿Existe una historia del emparejamiento ('matching')? ¿Qué herramientas intelectuales se han utilizado para conocer la idoneidad de una pareja? ¿Qué papel desempeñó el filósofo del siglo XVIII Benito J. Feijoo en investigar cómo surge el sentimiento amoroso y qué efectos provoca en los amantes? Elena Serrano, investigadora de la Universitat de València (UV), ha publicado un artículo en el que analiza la cuestión en el marco del proyecto europeo CIRGEN, dotado con una ayuda 'advanced grant' de 2,5 millones de euros.

CIRGEN (Circulating Gender in the Global Enlightenment) analiza la creación y circulación de identidades y roles de género en Europa y América en el XVIII. Se trata del primer proyecto en humanidades y ciencias sociales que obtiene esta financiación del Consejo Europeo de Investigación en la Comunitat Valenciana. Está adscrito al Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres, vinculado al departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UV, y su equipo investigador está compuesto íntegramente por mujeres.

Benito J. Feijoo (1676-1764), uno de los filósofos naturales españoles más populares en Europa y el mundo hispánico durante el XVIII, creía en la igualdad intelectual de hombres y mujeres. También en la igualdad a la hora de sentir las emociones, las "pasiones" como se conocían en la época.

Según esta premisa, hombres y mujeres experimentarían de la misma forma el sentimiento amoroso, lo que rompía con las supuestas diferencias entre el cuerpo femenino -tendría una mayor sensibilidad, especialmente en cuestiones amorosas y sexuales según algunos modelos- respecto al masculino. Este artículo en la revista internacional de historia de la ciencia 'ISIS' se suma a la historiografía reciente que ha demostrado que en la época coexistieron varios modelos, incluso contradictorios, de cuerpos masculinos y femeninos.

Elena Serrano, también investigadora del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres de la UV explica cómo, en su relato sobre las causas del amor, Feijoo se basaba en una fisiología mecánica, en la que los nervios conectaban alma e imaginación, sentidos, cerebro, corazón y genitales.

Eran las interacciones mecánicas entre estos elementos las que producían los sentimientos amorosos. El artículo examina también cómo, según Feijoo, se podría discernir el carácter de una persona a primera vista, debido a esta estrecha relación entre cuerpo y alma, y cómo gobernar el sentimiento amoroso entrenando la imaginación.

Esta investigación pretende responder a cómo históricamente las sociedades han utilizado herramientas intelectuales para conocer la idoneidad de las parejas. Sostiene así que la historia del emparejamiento amoroso forma parte de la historia de las ciencias sociales.

Amor o armonía social aplicada

"La preocupación por encontrar técnicas más fiables con las que determinar la idoneidad de las parejas ha formado parte esencial tanto del mantenimiento del orden social como de la conformación de las subjetividades, reforzando y subvirtiendo a la vez las estructuras de edad, género, raza y sexualidad. La ciencia del amor, por decirlo con una frase muy del siglo XVIII, sería también una ciencia de la armonía social aplicada", explica la historiadora en un comunicado de la UV.

El proyecto nació inspirado por las declaraciones de uno de los creadores de OKcupid, una de las plataformas más populares de citas online, en el que aseguraba que sus algoritmos eran capaces de encontrar qué personas se emparejarían analizando los comportamientos de los usuarios y sus respuestas a una serie de preguntas. "Es decir, que según Christian Rudder, existiría un método científico para encontrar pareja. Sin embargo, aunque esto podría parecer un asunto exclusivamente contemporáneo, existe un amplio legado", apunta Serrano.

Estas investigadoras e investigadores tomaron cuatro pequeñas muestras: la astrología en el siglo XV en Italia, las utopías socialistas radicales imaginadas por Charles Fourier y la frenología en Norte-América a finales del siglo XIX, junto a las ideas sobre las pasiones amorosas de Feijoo.

"En la mayoría de los ensayos recogidos en nuestro trabajo, el emparejamiento presuponía monogamia y heterosexualidad. Sin embargo, Feijoo fue categórico en cuanto a la simetría entre los sistemas nerviosos masculino y femenino, y Fourier ideó un sistema para encontrar pareja en el que, en su sociedad perfecta, tanto la gente mayor, en particular las mujeres, como personas de sexualidades diferentes no fueran relegadas para favorecer a los jóvenes heterosexuales sanos", expone la investigadora.