No estamos locos (ni sabemos lo que queremos)
Los ecos bélicos a nivel mundial que el curioso excomunismo de Putin suscita, y las guerras sucias interpartidistas que sacuden el terreno patrio, agudizan la sensación de hipotético fracaso
Saben mis ocasionales lectores -amigos queridos en cualquier caso- de mi afición por la cultura y mi devoción por la popular (por lo popular también). Dice mi compadre Ángel que el tango Cambalache –“el mundo es y será una porquería, ya lo sé”- que cantaba hace 85 años el gran Enrique Santos Discépolo es para escucharlo tres veces … como si no hubieran pasado los años … Y a la vista de cuanto estamos viviendo, no le falta razón.
Ketama(nombre de la pequeña población marroquí en las faldas del Rif) popularizó en 1995 su conocidísima “No estamos lokos”. El grupo que veníamos oyendo desde los ochenta cuando lo fundó José Soto “Sorderita” mientras mi generación se fumaba los primeros “petas” saboreando la transición, con la incorporación posterior de los hermanos Carmona, Antonio “Ajillo” (nada que ver con su homónimo socialista consejero de Iberdrola; eran gente más seria) y Josemi, decía a continuación “que sabemos lo que queremos” y que hay que vivir la vida como si fuera un sueño. En eso estábamos entonces, con el sueño de construir la democracia sobre la sólida estructura de una monarquía parlamentaria. (He oído a Felipe González decir que de las catorce democracias más perfectas, doce son monarquías). De procurar un estado de bienestar, una prosperidad económica y una estabilidad política, basada en la alternancia ordenada y fruto de la voluntad ciudadana, entre socialdemocracia y democracia cristiana. O, entre izquierda y derecha constitucionalistas, si se prefiere.
Y así fue, en resumidas cuentas, hasta la violenta irrupción de Rodríguez Zapatero en el Gobierno tras el salvaje atentado de Atocha, la desafortunada gestión de la tragedia por parte del propio Aznar y el perverso oportunismo sin límites de Rubalcaba. De aquellos polvos los lodos que sazonó con descaro Iglesias y usufructúan al alimón Sánchez y Díaz. Aunque me temo que corresponde al primero la nuda propiedad de esa destructora herencia de la memoria histórica, del cordón sanitario a la derecha y el fantasma de la ultraderecha que la izquierda radical (y fascista) airea como en el cuento de Pedro (mire usted por dónde) y el lobo.
De aquellos polvos los lodos que sazonó con descaro Iglesias y usufructúan al alimón Sánchez y Díaz
Los últimos acontecimientos, los ecos bélicos a nivel mundial que el curioso excomunismo de Putin suscita, y las guerras sucias interpartidistas que sacuden el terreno patrio, agudizan la sensación de un hipotético fracaso, de un punto de inflexión en el progreso de libertades, derechos humanos, prosperidad y riqueza equitativamente repartida, que cursan como meta de una democracia plena y contemporánea. Incluidos buena parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los ocho iniciales aparentemente conseguidos a partir de 2015, o el amplio abanico ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que Naciones Unidas establece en su Agenda 2030 y que, representados por su multicolor pin, tanto“ponen” a la izquierda como disgustan -o acomplejan de forma absurda- a la derecha.
Es decir, que no estamos locos ni sabemos lo que queremos, pretendiendo seguir viviendo esta convulsa vida igual que si fuera un sueño, aunque sea una pesadilla. “Pero que nunca termina, que se pierde con el tiempo”.
Conservo la insignia con las banderas de España y la UE que generosamente me regaló. Eran otros tiempos, otra política y otra clase de políticos
Nada tengo que añadir a cuanto se ha dicho, y a cuanto se ha callado, en relación con el morrocotudo lío en el que se ha metido el PP. A solas o en compañía. Ignoro si hay arrepentimiento y cuál será la penitencia en caso de humilde confesión y perdón de los pecados, de quien corresponda y por quien corresponda. Lo sabremos en breve.
A los noventa y un años, tras una larga trayectoria humana, profesional y política, ha muerto en Valencia Martín Quirós, un hombre bueno y cabal. A propuesta de Camps fue Presidente de la Comisión de las Ciencias del Consell Valencià de Cultura entre 2011 y 2018. Fui “su librepensador” Secretario y siempre le recordaré con el mismo cariño que cuando peleábamos, primero entre nosotros y luego juntos, por la misma idea. Conservo la insignia con las banderas de España y la UE que generosamente me regaló. Eran otros tiempos, otra política y otra clase de políticos. Descanse en paz.