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0,06 empleados nuevos por oficina en Caixabank

Primero los clientes, ahora los empleados. CaixaBank está en la picota. Los sindicatos SECB, UGT y CCOO lleva la manifestación 12 ciudades españolas. 8.000 empleados fueron a las calles.

Los trabajadores de Caixabank se manifiestan frente a la sede del antiguo Banco de Valencia. Foto: SECB

Los trabajadores de Caixabank se manifiestan frente a la sede del antiguo Banco de Valencia. Foto: SECB

Publicado por
M.J.G.

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Sólo 300 personas de refuerzo para unos pocos meses. Es el resultado de la diferencia entre los empleados despedidos y los que van a contratar de forma temporal, sin experiencia y sin capacidad para soportar las nuevas exigencias de la fusión que no aguantan los trabajadores ya experimentados.

Las amenazas y agresiones de clientes a empleados de Caixabank han aumentado desde 2018 en un 81%. Y eso no hay cuerpo ni resiliencia que lo aguante. Las bajas por depresión y estrés se han generalizado. “Se toman pastillas”.

“No sólo es la presión en la consecución de objetivos comerciales” dice un miembro de SECB. La pócima mágica de “fer diners” ha incluido la venta de productos no financieros. “Esto parece un Media Mark” comenta un líder sindical.

En abril del pasado año, el nuevo “señor Scrooge” de las navidades pasadas y presentes se triplicaba el sueldo por el esfuerzo de la fusión (los colegas extranjeros ganan más, argumentó).

Caixabank registró un beneficio atribuido de 5.226 millones de euros en 2021, tras incorporar los impactos extraordinarios asociados a la fusión con Bankia. La Entidad se ha permitido el lujo de cerrar oficinas y crear las colas del “hambre” de sus clientes, que mendigan el acceso a sus ahorros. En esta ocasión, Caixabank no contaba con sus clientes, ni con sus empleados, sólo con sus accionistas: la junta distribuyó 216 millones de dividendos el pasado mes de mayo de 2021.

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar

Vuelve el fantasma de las navidades presentes con el señor Scrooge -es más fácil decir Scrooge que Goirigolzarri-. Quizá el humorista José Mota nos sorprenda en las navidades futuras con un sketch -y perdonen el anglicismo- para 2022, con esta entidad financiera como protagonista. Pero la verdad, es que no tendría ni pizca de gracia. Porque detrás de toda esta situación hay sufrimiento, indignación y en los casos más graves, enfermedad.

Los clientes tienen que pedir cita y hora con su gestor, cuando consiguen contactar con él. Mientras, los empleados, abochornados, han tenido que sufrir la presión social. “Ya sé que la culpa no es tuya, pero es que no hay derecho”. Esta es la frase de los clientes más amables escuchada por los empleados de Caixabank.

En un primer momento, SECB convocó una concentración de trabajadores frente a las Torres Kio, (Madrid) que tras contar con el apoyo de las secciones sindicales de CCOO y UGT en CaixaBank se ha ampliado a otras 11 capitales de provincia. Las concentraciones se han celebrado frente a las sedes de CaixaBank en Madrid, Barcelona, Bilbao, Baleares, Burgos, Las Palmas, Murcia, Pamplona, Sevilla, Tenerife, Toledo y València.

La gota que ha colmado el vaso es la integración con Bankia. La presidenta de SECB CaixaBank, Begoña Peiró critica que no se ha impartido formación a los empleados procedentes de Bankia para aprender los mecanismos y procedimientos de Caixabank. No se ha producido un correcto “mestizaje de plantillas”.

Un problema de gestión del cambio por parte de los directivos

El fantasma de las navidades futuras le pasará la factura a Mr. Scrooge. La previsible fuga de clientes a otras entidades es más que segura. Otras entidades procedentes de cooertivas de toda la vida, ofrecen trato personalizado y diseñan las oficinas que parecen cafeterías para que empleados y clientes trabajen con más confort. No llega a chill-out, pero tienen su gracia. Y no haces colas de varias horas o días.

Se suma la presión social por la polémica sobre la atención a los mayores, en un contexto de rápida digitalización y cierre de sucursales bancarias.

El banco trasladó a los sindicatos la semana pasada que contratará a 1.349 trabajadores temporales (ETTs) para dotar de más personal al Proyecto de Autoservicio y Digitalización (PAD), un plan de acompañamiento para dar soporte a diversas oficinas y redirigir a los clientes hacia canales digitales. La entidad no lo ha entendido.

Los mayores no quieren cajeros ni banca online, quieren personas

Estos empleados temporales, que se incorporarán en marzo, sustituirán a 1.070 referentes omnicanal acogidos al ERE, para los que se ha abierto una ventana especial de salida el 1 de abril.

Su trabajo también será el de facilitar el mestizaje de la plantilla, permitiendo a los trabajadores de origen CaixaBank ayudar en la formación a los procedentes de Bankia.

Según detallan desde la sección sindical de UGT CaixaBank, el banco les ha comunicado que estos ETTs estarán prestando servicios hasta el 31 de mayo, prorrogable hasta el 31 de julio, y que la segunda ola de integraciones de oficinas comenzará en marzo y se realizará de forma más escalonada hasta agosto.

Esta medida, que está dirigida a reforzar la plantilla, resulta "insuficiente" para los sindicatos, pues al coincidir las 1.349 incorporaciones con las 1.070 salidas de omnicanales, el refuerzo será de 279 personas.

"Son solo 300 personas de refuerzo, cuando tenemos miles de centros de trabajo y empleados. Nos parece totalmente insuficiente", ha lamentado la presidenta de SECB, quien añade que, además, los trabajadores del banco tendrán que invertir tiempo adicional en formar a estos empleados temporales.

¿No hemos aprendido de las preferentes?

Echan a los expertos para siempre y contratan temporalmente a inexpertos para unos mesecitos y así apañan el año.

Los sindicatos quieren soluciones reales. Entre las medidas que proponen a la dirección para mejorar la situación, la responsable de SECB apunta a la flexibilidad temporal en la consecución de objetivos comerciales y sin "presión" de llamadas diarias para hacer un seguimiento de dichos objetivos. También necesitan que la política interna de incentivos, no solo de los empleados sino de los directores generales y territoriales, esté regulada y sea pública.

Asimismo, desde los sindicatos piden la creación de un 'call center' para trabajadores al que puedan llamar los empleados procedentes de Bankia cuando tengan dudas y el diseño de medidas dirigidas a paliar la presión social, por ejemplo, con la contratación de más personal o la instalación de más cajeros automáticos.

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