Unanimidad en la política valenciana al condenar el ataque de Rusia a Ucrania
El Consul de Ucrania en Valencia pide romper toda relación de la CV con Rusia y reprocha que la Universitat "ha dejado de estar al servicio de la paz" por sus relaciones rusas
El cónsul de Ucrania en Valencia, Pablo Gil, con el embajador
La invasión de Ucrania por parte de Rusia y los primeros ataques militares del Kremlin han copado los mensajes de los líderes políticos valencianos, que en una situación poco habitual han mostrado unanimidad en la condena del ataque y sus deseos de resolver el conflicto de forma diplomática. Tanto a izquierda como a derecha se ha expresado el rechazo a la guerra.
Así, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig ha anunciado en twitter su “enorme preocupación por el brutal ataque del Ejército ruso sobre Ucrania. Muchas personas van a sufrir y a perder la vida: eso son las guerras. La humanidad repite errores una y otra vez”.
El eurodiputado del PP, Esteban González Pons asegura que, mientras anoche se encontraba en la frontera bielorrusa comenzaban los ataques a Ucrania. "Se acabó el tiempo de la indiferencia. La agresión rusa debe tener consecuencias, y no sólo económicas. Si no paramos los pies al dictador Putin ahora, lo siguiente será la UE. Ucrania somos todos”.
En el Pleno del Ayuntamiento de Valencia el PP ha presentado una declaración institucional para reprobar los actos de guerra realizados por la Federación Rusa contra Ucrania y exige el cese inmediato de toda violencia y el restablecimiento de la paz, de acuerdo con el Derecho Internacional y el respeto a los Derechos Humanos.
El diputado de Compromís, Joan Baloví, ha condenado "categóricamente la invasión" llevada a cabo por Rusia en territorio ucraniano y ha apoyado el establecimiento de "sanciones duras" al régimen de Vladimir Putin, pero también ha aconsejado seguir trabajando para buscar una solución diplomática a este conflicto.
La respuesta de Mónica Oltra en twitter ha sido más ambigua, con un "No a la guerra", aunque luego ha instado a la Unión Europea a buscar una solución pacífica a la intervención militar "ilegítima" de Rusia en Ucrania a través de la diplomacia, para lo que ha defendido que "el único camino es la paz".
Desde Ciudadanos y Vox en la Comunitat Valenciana se ha señalado la posición que han marcado sus direcciones nacionales. Vox ha recordado que, “en la pasada Cumbre de Madrid, junto a nuestros socios europeos, condenamos las maniobras rusas en la frontera. Hoy es el momento de condenar con la misma contundencia el ataque militar y exigir que se detenga el conflicto y se retome la vía diplomática”.
El cónsul de Ucrania pide ayuda
Por otra parte el valenciano Pablo Gil, cónsul honorario de Ucrania en la Comunitat Valenciana, pide desesperadamente ayuda para el pueblo ucraniano y que Valencia se posicione contra la agresión rusa.
"No podría entenderse que una sociedad democrática como la valenciana y sus instituciones públicas, empresas públicas, universidades públicas y privadas, asociaciones empresariales o cívicas participen en cualquier iniciativa que favorezca al régimen totalitario y belicoso de Putin, o que con su pasividad se conviertan en cómplices silenciosos de su violación global de la paz y los derechos humanos".
Además, pide la dimisión del cónsul honorario de Rusia en la Comunitat, Ramón Congost Vallés. Recrimina que la Universitat de Valencia, ha dejado de “estar al servicio de la paz, como mandan sus Estatutos".
La Universitat "no está al servicio de la paz"
La Universitat de Valencia acoge un Centro Ruso de una fundación pública creada por Putin "Russkiy Mir” (Mundo Ruso) "vocera de la propaganda bélica militarista, además de factor sociopolítico de la guerra híbrida", denuncia Pablo Gil.
Los lazos de la Universitat son tan fuertes con el líder ruso que ha lanzado un doble grado internacional en Ciencias Políticas. Gil pide toda la ayuda posible "política, económica y defensiva" para el país, la ruptura de toda relación institucional con "Rusia y sus agentes en la Comunitat Valenciana", las relaciones comerciales con Rusia y de transferencia tecnológica y las inversiones al turismo o de otro tipo que aprovechan los oligarcas rusos.