Un millar de transportistas toman Valencia
La marcha lenta de Valencia convocada por la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera ha exigido soluciones a la subida del combustible.
Bajo el lema “no somos una minoría” quiere que la ministra del ramo, Raquel Sánchez, escuche sus peticiones y ponga fin a la escalada desmedida del precio de los combustibles. La ministra se ha reunido hoy con el Comité Nacional del Transporte por Carretera, pero no con esta Plataforma, que inició el pasado lunes una huelga indefinida, ya que desde el Gobierno se defiende que el CNTC es el "órgano de participación del sector”. Así, lo ha señalado este lunes el presidente de la Asociación de Transporte Portuario de la Comunitat Valenciana, Álvaro Ortiz, integrada en la Plataforma en Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera.
Ortiz ha apuntado que esta manifestación, convocada por la plataforma a nivel nacional, tiene como objetivo que la Administración les tome enserio. El transportista de base es el 85% del transporte que se desarrolla a nivel nacional. Por ello, considera el propio Ortiz que "no es recibo" que la ministra no les incluya en las conversaciones y ha apuntado: "Evidentemente nos tendremos que movilizar más, desde luego".
La marcha lenta ha salido desde el polígono valenciano de Riba-roja, donde se han concentrado cerca de un millar de camiones, y a continuación se han dirigido a València por la A-3 hasta llegar a la avenida del Cid, cruzar Tres Forques y por el bulevar sur finalizar en la Ciudad de las Artes y las Ciencias para retomar el regreso por la V-30, dirección Barcelona, y la A-7, dirección Alicante, hasta volver al punto de partida.
Peticiones
Entre sus peticiones se encuentra no trabajar por debajo de costes de explotación, pago máximo a 30 días sin posibilidad de pacto en contra, solicitar un buen convenio nacional para que no haya desigualdades en salarios dependiendo del área geográfica, y la jubilación a los 60 años.
Asimismo, reclaman que se les reconozcan como enfermedades profesionales las derivadas de la profesión al igual que los accidentes de tráfico cuando desempeñan su trabajo, seguridad y vigilancia por parte del Estado en áreas de descanso y polígonos industriales, espacios acondicionados para conductores en los puntos de carga y descarga y poder satisfacer unas mínimas necesidades de alimentación e higiene y la eliminación de la carga y descarga por parte de los conductores sin posibilidad de "salvo pacto en contra”.
En un comunicado repartido a los medios de comunicación señalan que trabajan con "precios de los portes de 2003, con el combustible al triple de precio que esos años, con un gran incremento de precio de neumáticos y talleres" y que, a pesar de haber dado "el callo en plena pandemia, donde éramos héroes, trabajamos en condiciones lamentables y sin rechistar pese a que en algunos sitios nos trataban como infectados".