La importancia del entorno en la educación
El cambio ocasional del entorno habitual de las cuatro paredes que conforma un aula por espacios abiertos es una oportunidad de adquirir conocimientos de forma diferente
Hoy en día, nos puede parecer bastante normal que el entorno habitual de nuestras clases sea el aula, con una u otra disposición o agrupamiento, o el patio si nos referimos a las clases de educación física.
Es este un hecho que en general no nos replanteamos y aceptamos sin pensar si existe otra opción o alternativa. Pero ¿es realmente así? ¿Puede existir otra alternativa a la docencia en las aulas? ¿Por qué motivo deberíamos cambiar el aula por otro entorno? ¿Cambiaría alguna cosa? ¿Obtendríamos algún beneficio a cambio?
Una posible respuesta a todas estas preguntas la podríamos encontrar en parte si atendemos a los postulados de la Psicología Ambiental, reconocida por primera vez a finales de la década de 1960.
En este artículo comentaremos brevemente algunos de los principios fundamentales en los que se basa y las ventajas que ofrece aplicadas a nuestra labor como docentes.
La Psicología Ambiental se basa el estudio de la interacción entre el individuo y su ambiente físico, ya sea este natural o construido. Se basa en el estudio de diferentes ámbitos de la Psicología, aunque se centra especialmente en la Psicología Social. Nosotros haremos un breve repaso de las principales ventajas que ofrece la Psicología Social aplicada a la Educación.
Algunas de las ventajas que supone llevar a cabo actividades docentes en zonas abiertas como puede ser el patio, son:
- Los alumnos agradecen tener una movilidad mucho mayor de la que poseen si están en un aula convencional, con lo que se puede mejorar la motricidad.
- Hay estudios en los que se muestra que incluso en España, a pesar de ser uno de los países de Europa con más horas de sol anuales, se encuentran déficits de vitamina D por falta de exposición a la luz solar.[i]
- Hay evidencias de que las actividades relacionadas con el aire libre aumentan la sensación de bienestar y la autoestima, además de que también se ha estudiado su influencia en la mejora de casos de trastornos relacionados con TDAH.[ii]
- En algunos casos, la realización de actividades docentes o lectivas en espacios exteriores, supone una reducción de los síntomas de déficit de atención, una mejora del comportamiento y de los resultados académicos, un aumento de la motivación del profesorado y como suma de todos estos factores, un aumento de la calidad de la enseñanza.
Por si fueran pocas las ventajas mencionadas anteriormente, el acondicionamiento de áreas verdes en las escuelas con zonas destinadas a la creación de huertos o a la plantación de árboles, supone la creación de espacios de trabajo o de juego en los que se crea una sensación de tranquilidad que incita a concentrarse con más facilidad, abandonando las pantallas y los aparatos electrónicos a los que tan habituados están los jóvenes actualmente.
Así pues, podemos concluir diciendo que el cambio ocasional del entorno habitual de las cuatro paredes que conforma un aula por espacios abiertos en el exterior puede ayudarnos a hacer entender a los alumnos que la educación no debe ser entendida como una obligación, sino como una oportunidad de adquirir conocimientos, habilidades y competencias de una forma diferente, de forma que los preparare para su incorporación futura a la sociedad.