¿Llantos por la derrota o por el futuro del club?
La final, épica y agónica, del sábado acabó con la lotería de los penaltis que, para tristeza ‘ché’, acabó con victoria del Real Betis.
Milán 2001, estadio de San Siro, última tanda de penaltis que el Valencia jugaba en una final… todos recordamos aquel resultado. 21 años después y con otro título de por medio, el Valencia volvía a la lotería de los penaltis, como en aquella ocasión, la moneda cayó del lado rival y miles de valencianistas quedaron absolutamente desolados después de tan traumático final. Quizá la forma de perder más cruel, hablando en lenguaje futbolístico, sea en una tanda de penaltis, la máxima expresión de nadar y quedarte en la orilla.
Tras el partido, miles de valencianistas, cuya gran mayoría quizá no habían nacido todavía cuando aquella noche trágica de Milán, quedaron absolutamente desolados tras ver a su equipo acariciar un nuevo título. ¿Realmente fue la derrota lo que provocó el llanto de los aficionados ‘ché’? La realidad es que la derrota no es más que un bache en el camino, lo realmente preocupante es la situación, tanto institucional como deportiva, que atraviesa el club.
Quizá realmente ese sea el motivo de los lloros valencianistas, un bofetón de realidad tras estar sumidos en el ‘sueño de la copa’. El Valencia siempre se levanta, pero sin duda esta pueda ser la última final antes de empezar una larga travesía en el desierto.