Oltra se considera “éticamente superior” a Camps y el PP para no dimitir
“Siempre he desvinculado las imputaciones de las líneas éticas” señala la vicepresidenta sobre su exigencia de dimitir si la imputaban pues “cualquier comparación con el PP es odiosa”
Si una cosa ha dejado clara Mónica Oltra con las reacciones durante todo el caso que investiga el presunto encubrimiento de los abusos sexuales de su ex marido a una menor tutelada que ha acabado con su imputación ante el TSJCV es que las líneas rojas en política y las exigencias de responsabilidades para sí misma están en lado y para los demás, en otro.
Lo que coloquialmente se conoce como ley del embudo. Una situación de incoherencia que está minando la credibilidad de Mónica Oltra y su partido que precisamente crecieron electoralmente con esa mano dura contra los imputados.
Mónica Oltra, en la rueda de prensa en la que se ha negado taxativamente a dimitir, no sólo ha dejado claro que ella piensa aguantar hasta el final del proceso judicial, como si llega a ser juzgada, mientras a los demás les pedía dimisiones en la imputación, sino que además ella está en un plano superior que sus rivales políticos.
Cuando a Oltra le han recordado el vídeo que ahora como un boomerang ha vuelto desde la hemeroteca y se ha hecho viral en el que ella le decía al ex presidente Francisco Camps que “el día que me vea como usted, imputado, me iría”, su respuesta ha sido ahora desligar unas imputaciones, las del PP, de la suya, pues “siempre he desvinculado las imputaciones de las líneas éticas”, como si en su caso hubiera una situación ética superior.
Oltra, en su rueda de prensa este viernes para atrincherarse en su cargo pese a su imputación.
“Cualquier comparación con el comportamiento corrupto del PP es odiosa”, ha subrayado, dejando claro su superioridad moral sobre el PP, en una respuesta que tenía totalmente preparada. Oltra asimismo considera que ella daba explicaciones y Camps no, lo que justificaba sus entonces feroces ataques que ahora no se aplica. La vicepresidenta, además, ante la incoherencia de no dimitir como exigía a los demás, ha indicado que “claro que soy coherente y esta es una postura ética, estética y política”.
No sólo se ha quedado ahí, sino que luego ha vuelto a señalar que no dimitir “es una cuestión política de defensa democrática, si me lo hacen a mi se lo hacen a todos”, como si la democracia estuviera en peligro con su imputación, un argumento que usa dentro de su supuesta “cacería de la extrema derecha” que una vez más ha vuelto a exhibir como pretexto.
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Una soberbia Mónica Oltra se enroca en no dimitir aunque acabe en el banquillo