¿Por qué hay tantos problemas para encontrar indumentaristas oficiales?
Más de la mitad de los elementos ofertados no han tenido respuesta por parte de los proveedores
Lejos están los tiempos donde para poder ser proveedor oficial de las indumentarias de las cortes de honor y falleras mayores de Valencia había cola y se tenía que echar mano de “contactos” para que se pudiera conseguir serlo. Durante el mes de julio, en plena efervescencia de las preselecciones ya se hacían público las firmas privilegiadas que iban a vestir a nuestras máximas representantes con la expectación que ello provocaba.
Ahora no es así, los tiempos han cambiado, las circunstancias de este cambio y esta falta de interés no está siendo tratada en profundidad para intentar revertir esta situación. Vamos a intentar analizar bajo nuestro punto de vista lo que no se cuenta de la realidad que ahora mismo está haciendo que falte tanto por cubrir.
Antaño, ser indumentarista oficial era un plus de publicidad, de fama, de exposición pública del arte de cada elemento que compone en traje regional fallero. No importaba el precio que se pagara por parte de Junta Central Fallera pues los proveedores asumían que pudiera estar por debajo del precio de mercado. Sabían que su nombre iba a estar todo el año junto a las cortes y a las falleras mayores de Valencia en ejercicio.
¿Y ahora? ¿Por qué no es tan atractivo?
Me atrevería a decir que son hasta tres las razones que están devaluando este atractivo hasta el punto de quedar más de la mitad de los elementos pendientes de adjudicar.
Por una parte, el precio ofertado; por otra, el gran volumen de trabajo que ya tienen las firmas a lo que hay que añadir otra el trato recibido por Junta. Un motivo más, menos comentado: el excesivo trabajo “fuera de presupuesto” que en ocasiones provoca vestir a las reinas de las fiestas falleras.
Vamos por partes. Antes, como ya he dicho, el precio era secundario. Ahora, igual que sucede con los pirotécnicos, no se está dispuesto a perder mucho más dinero que el imprescindible, posiblemente porque el atractivo de “firma oficial” se ha perdido en buena parte. Esto último es digno de un análisis separado del contexto del artículo. Es conocido que muchas falleras mayores de comisión echan el resto en su reinado y se hacen trajes mucho mejores que los que luego lucen como cortes de honor. Pero como digo, es otro punto a estudiar.
Si eres un indumentarista reputado, el volumen de trabajo que tienes te permite rechazar ese gasto y esto entronca con el segundo motivo, pues hacer las cortes rompe tu calendario de trajes y te suscita tener que contratar más personal o hacer que el que tienes en los talleres haga más horas. Lo que aún encarece el coste del traje. Si tienes el taller completo, hacer los trajes puede incluso perjudicar a tus clientas “de siempre” que, sin duda, son tu prioridad.
El trabajo fuera de presupuesto se ve incrementado con el, en ocasiones, excesivo intervencionismo de alguna madre que nunca está contenta con cómo le ha quedado el traje a su hija, que te lo lleva en numerosas ocasiones durante el año y que te entorpece demasiado tu labor como indumentarista. Sobre todo, en las niñas quienes van creciendo durante el ejercicio y necesitan retoques que no están previstos en el presupuesto.
Y dejo para el final el trato que en demasiadas ocasiones se brinda desde la Junta Central Fallera a los indumentaristas y que carece de ese sentido de detalles con ellos a la hora de actos donde esos trajes y elementos son parte fundamental del acto en si como la exaltación, la cridá o la ofrenda, por ejemplo, donde se ven apartados o con dificultades para tener alguna entrada. Eso sin contar con el trato diario que también suele ser motivo de queja de los proveedores de indumentaria.
Es preciso trabajar para tratar de que ser indumentarista de las cortes de honor vuelva ser atractivo y sea motivo de orgullo formar parte de ese elenco para que no pase como este año y tenga que repetirse el concurso o tenga que otorgarse a dedo previa petición de favor, lo que genera deuda moral con quien se presta a realizarlo.
Relación de lo que aún queda pendiente de adjudicarse en estas fechas de primero de agosto:
Telas Fallera Mayor Infantil y corte.
1 seda estrecha primer traje FMIV
1 seda estrecha segundo traje FMIV
12 sedas doble ancho para primer traje corte infantil
12 rayones para segundo traje corte infantil
12 telas corpiño liso
12 telas jubones negros.
10.850 + IVA
Manteletas primer traje falleras mayores y cortes
26 manteletas, siendo de calidad superior las de las falleras mayores y segundo pico para el cuerpo de manga larga.
Precio estimado: 6.040 euros + iva (232 euros por manteleta)
Manteletas segundo traje falleras mayores y cortes
26 manteletas, siendo de calidad superior las de las falleras mayores
Precio estimado: 5.240 euros + Iva (201 euros por manteleta)
Zapatos para falleras mayores y cortes
26 pares de zapatos tipo salón con lazo zapatero para el primer traje
26 pares de zapatos tipo abotinado para el segundo traje.
Precio estimado: 5720 euros + IVA (110 euros por par de zapatos)
Confección segundos trajes fallera mayor y corte
Falda + corpiño + corpiño de manga larga + forros, entretelas, puntillas y cintas + arreglos durante el año
Precio estimado: 8.775 euros + Iva (675 euros por fallera)
Confección segundos trajes fallera mayor infantil y corte
Falda + corpiño + corpiño de manga larga + forros, entretelas, puntillas y cintas + arreglos durante el año
Precio estimado: 9.425 euros + Iva (725 euros por fallera)