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Los cotos de caza como medida antiincendios: "Se hubieran quemado 3/4 menos"

La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana prevé un aumento de daños agrícolas y accidentes por la suspensión de la caza.

Vall d'Ebo.

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Los incendios de Bejís y Vall d'Ebo, que han arrasado más de 30.000 hectáreas, han calcinado también prácticamente todos los cotos de estas zonas. Así, la temporada de caza se da por terminada. De hecho, no será hasta dentro de varios años, a la espera de la regeneración del monte, cuando será posible retomar esta actividad.

"Esto es deplorable. Da ganas hasta de llorar", lamenta el presidente del Club de Cazadores de Pego, Antonio Ferrando, quien muestra cómo el coto de caza se ha teñido de negro. Antonio, llena unos bebederos de agua "para que las perdices, concejos y la poca fauna que queda, pueda beber" después de que el incendio calcinara cerca de 70.000 animales. El presidente del Club, igual que otros cazadores, han implementado medidas para fomentar la regeneración de la fauna y la flora como la instalación de estos bebederos y comederos o el relleno de las balsas de agua, entre otras labores.

Desde la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana estiman que hasta dentro de cuatro años como mínimo muchas especies no se regenerarán. Se calcula que se han destruido 27 cotos, en los que desarrollaban su actividad alrededor de 2.400 cazadores.

Asimismo, la Federación ha alertado de las consecuencias económicas y sociales que conlleva la suspensión de la actividad ya que el sector cinegético es también una potencia económica y una forma de protección del ecosistema. La caza supone un impulso económico para los pueblos y la propia administración dejaría de ingresar cerca de 50.000 euros en conceptos de licencias y tasas durante los próximos 2 años, según los datos de la Federación.

Además, la caza adquiere una función social relevante respecto al control de especies silvestres, fundamental en la minoración de los daños a la agricultura, la prevención de accidentes de tráfico o la gestión de epizootias. Con la suspensión de la caza estos sectores que dependen de la caza para su subsistencia quedarán desprotegidos.

Los animales se han desplazado hacia zonas agrícolas cercanas por lo que se augura, en palabras de la presidenta de la Federación Lorena Martínez, "un sustancial aumento de los daños provocados por la fauna silvestre a la producción agraria de las zonas incendiadas y, paralelamente, una mayor incidencia en la red de comunicaciones, con el consiguiente riesgo de accidentes".

En este sentido, la Federación ya trabaja por garantizar los mecanismos de control que permitan atender cuanto menos las necesidades de carácter económico, social o de seguridad y salud pública.

En cualquier caso no será hasta dentro de unos años hasta que sea posible reanudar esta actividad. Como explica la presidenta de la Federación, no se podrá volver a cazar en los cotos calcinados hasta "la reposición de la vegetación en condiciones que permita la defensa de los animales" ya que La Ley de Caza contempla la prohibición de esta práctica en terrenos incendiados.

No obstante, Lorena Martínez destaca que "las poblaciones cinegéticas presentan un gran potencial de colonización y regeneración" por lo que se espera "una recuperación más rápida que la del conjunto del ecosistema". Eso sí, se prevé un cambio en la dinámica de la caza después de los incendios. La imagen del monte ya no será la misma ya que desaparece el matorral. De este modo "las especies de caza menor, como la perdiz, se verán favorecidas en detrimento de las de caza mayor, más dependientes de la espesura para su ocultación", expone la presidenta de la Federación.

Los cotos de caza como medida antiincendios

Los bienes e infraestructuras destinados al fomento de la fauna también han adquirido una utilidad en los incendios. Las siembras en los cotos de caza que emplean los cazadores para cultivar han formado una barrera natural a modo de cortafuegos y las balsas han servido como fuente de agua para las tareas de extinción del fuego llevada a cabo por los efectivos de bomberos.

Además, los cotos de caza cuentan con sendas. El presidente del Club de Cazadores de Pego, Antonio Ferrando lamenta el desaprovechamiento de este recurso. Calcula que "se hubiera podido quemar unas 3/4 partes de lo quemado" por lo que propone una correcta adecuación para que estos caminos sirvan "para que entren los medios pertinentes y también a modo de cortafuegos" y así evitar que se extienda el incendio.

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