Nervios en el Botànic: los incendios pueden ser la puntilla de la derrota
En las filas de los socialistas valencianos aún recuerdan como la ola de incendios de 1994 -la más grave en años- fue una de las claves del cambio de gobierno y la derrota ante el PP en 1995
A perro flaco, todo son pulgas. Este refrán podría aplicarse al mes de agosto que vive el gobierno de la Generalitat Valenciana presidido por el socialista Ximo Puig e integrado por PSOE, Compromís y Podemos, el llamado pacto del Botànic. En un momento en el que las encuestas indican un posible cambio de gobierno a la derecha y tras la dimisión traumática de Mónica Oltra, al Botànic se le viene ahora la crisis de los incendios y las repercusiones que puede tener, con ‘tren del pánico’ incluido.
La pregunta que muchos se hacen en el Botànic, y en especial en los socialistas valencianos, es si la ola de incendios puede ser un factor determinante o la puntilla que acabe generando que la izquierda pierda el gobierno de la Generalitat en mayo de 2023. Es verdad que aún quedan diez meses… pero igual de verdad que el precedente, el cambio de gobierno de 1995, no invita al optimismo.
En 1994, con Joan Lerma al frente de la Generalitat con un gobierno del PSOE en España y en la Comunitat Valenciana, el territorio valenciano vivió la peor ola de incendios que va desde 1991 a 2005, con una superficie quemada de 138.000 hectáreas en total, en 751 incendios. Solo en tres de ellos se destruyeron más de 68.000 hectáreas, provocando la muerte de 13 personas, la mayoría profesionales que estaban luchando contra el fuego.
Diez meses después, el PP ganaba la Generalitat dando paso a 20 años de hegemonía popular. Los incendios de 1994 contribuyeron a la tormenta perfecta que haría al PSOE de Joan Lerma perder las elecciones, junto al desgaste de la marca del PSOE -plena época de los escándalos del fin del felipismo-, el aire de cambio en las encuestas a favor del PP y asuntos como las listas de espera en sanidad o la falta de inversiones del Gobierno central, con la autovía a Madrid por acabar.
Casi 30 años después, otra ola de incendios lleva más de 30.000 hectáreas calcinadas con un gobierno socialista en la Generalitat, con enormes pérdidas materiales y la futura rendición de cuentas que habrá que hacer, en un momento en el que el PSOE de Pedro Sánchez empieza a desgastarse y a perder fuelle en las encuestas frente al PP de Feijóo que avanza, y donde casos como el de Mónica Oltra muestran el desgaste del Botànic. Una nueva tormenta perfecta que puede desalojar al PSPV-PSOE de la Generalitat. ¿Se repetirá de nuevo el esquema de 1995?
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