El retorno de los brujos

La primera gran mentira es decir " interrumpir"... Los embarazos no se interrumpen... y luego se reanudan... pues eso suele significar decir interrumpir: suspender o detener algo que después continúa o se reanuda. Con el aborto el embarazo termina. Definitivamente. No sólo se interrumpe.

Y la siguiente gran patraña es decir que el feto es "el cuerpo de la mujer". Y que por tanto puede decidir sobre él. El feto embriológicamente, biológicamente y genéticamente, es un ser vivo distinto a la madre o mujer. Con un ADN único y por tanto distinto. Tiene su propio cuerpo, aunque dependa del cuerpo de la madre. También sigue dependiendo de su madre o de los adultos después de nacer. Y no por eso a nadie se le ocurre decir que es "el cuerpo de la mujer", y que una vez nacido se puede decidir que viva o muera. Bueno, en Colombia ya se puede terminar con un feto de seis meses. De seguir con este tipo de falacias contra la más elemental verdad científica, cualquier crimen se puede acabar "justificando".

Pues esta gente es contraria a la Ciencia. Al Lenguaje. Al verdadero significado de las palabras. Absolutamente oscurantistas. Como en el asunto de la " autopercepción" sexual. Aquí también van contra la biología, la endocrinología y la anatomía. Si puedes "autopercibirte" mujer u hombre, o un híbrido indefinido, o cambiante, y eso ha de ser Ley, nadie podrá impedir al final que te sientas animal, nube o Superman. O qué si eres un varón de 60 años te sientas un niño de 6, y se te tenga que permitir hacer la vida de un niño de esa edad.

Ya todos conocemos casos reales de "transespecie". O de " transedad". Y además según este "pensamiento mágico" si padeces anorexia: ¿Quién puede negarte que "eres" un obeso, tal y como muchas veces se "autoperciben" los pacientes de anorexia, y sin embargo a la vez pesar 45 kilos a una edad de 30 años...? ¿O quién podrá negar a cualquier diagnosticado de psicosis o esquizofrenia la "realidad" de sus paranoias o de sus alucinaciones, de sus " autopercepciones"...?

Cuando se niega la ciencia, la biología, la medicina, la apariencia de las personas, y la realidad objetiva y verificable, y todo se enmascara con palabras manipuladas, entramos en el terreno peligroso de la locura, el caos o de sustitución del pensamiento racional, lógico o científico por otro supuestamente personal, caprichoso, carente de rigor, demente o dominado por la fantasía.

Que además se pretende que sea Ley y que nos obligue a todos. Síntomas claros de una vuelta a un seudopensamiento brumoso, individualista, religioso, mágico, esotérico... En cualquier caso muy anterior al desarrollo científico. A una nueva forma de oscurantismo que se pretende imponer por Leyes coercitivas. Un nuevo totalitarismo fundamentalista. He aquí de nuevo pues, la pesadilla que tantos siglos nos costó superar.