Los presupuestos de Sánchez, el nuevo trampolín del PP para erosionar a Puig
El PP se sirve de los roces de Pedro Sánchez con el presidente valenciano para argumentar que "Puig no pinta nada"
Pedro Sánchez no atiende a las exigencias de Ximo Puig y su influencia empieza a ser cuestionada por la oposición. Los roces entre ambos barones socialistas es notable, pues Sánchez no ha correspondido al territorio valenciano con los presupuestos respecto a su peso poblacional, como tampoco atendió a las reivindicaciones del president sobre la reforma del sistema de financiación que aún permanecen en el congelador de la Moncloa desde enero.
En esta línea, los populares llevarán al próximo pleno una moción subsiguiente para conocer "si Puig tiene la palabra de Sánchez para convocar al consejo de política fiscal y financiera y resolver las alegaciones al borrador" de los PGE , según ha avanzado la portavoz popular en Las Cortes María José Catalá, o por el contrario si "se va a dar otro portazo". "El ninguneo de Sánchez a Puig es preocupante", ha lamentado Catalá, quien ha añadido en relación con la superior partida presupuestada para Cataluña que "tiene más peso ERC que los dirigentes de izquierda que nos representan".
Puig ya está buscando soluciones alternativas al anunciar los 207 millones para reequilibrar la falta de presupuesto de los PGE de Sánchez. Con todo ello, son escasas las esperanzas de dar respuesta a la lluvia de enmiendas de los grupos parlamentarios para corregir los PGE .
El PP califica de "ficticias" estas partidas de la Generalitat para compensar el mal gesto de Sánchez con los valencianos del mismo modo que en Vox ya "no se la creen". La Comunidad Valenciana se convierte en un daño colateral de la necesidad de Sánchez de complacer a ERC, que obtiene mayor financiación en detrimento de otras autonomías como la valenciana. "Invertir en Comunidad Valenciana no, pero Sánchez no deja de ceder con los separatistas catalanes y vascos", ha criticado la síndica de Vox en Las Cortes, Ana Vega.
Así, el Partido Popular, encarado en la campaña electoral, aprovecha la retaguardia de Puig para propinarle un golpe mediático decisivo al desacreditar su influencia con el fin de resolver el actual ajustado empate electoral que auguran las encuestas.