Delito de odio

El inspector jefe de la Policía Nacional de la Comisaría de Centro de la Ciudad, Ricardo Ferris ha sido destituido por la Dirección General de la Policía por opinar públicamente en el ámbito de su vida privada sobre su experiencia en la función pública. Cuestión que no está prohibida ni es sancionable. No ha revelado ningún secreto. No ha dicho ninguna mentira.

Al Inspector Ferris se le ocurrió decir que "la práctica totalidad de los detenidos que hace la Policía son extranjeros", circunscribiéndose en la literalidad de lo expresado a su experiencia personal en la Comisaría de Velluters en Valencia. También dijo que cuando estuvo de servicio en Andalucía algunos ocupantes de las pateras que llegaban a la costa les revelaban que los compañeros de viaje eran expresidarios recién salidos de la cárcel en Argelia.

Pilar Lima, la señora de podemos, le ha insultado llamándole sin ningún tipo de recato y fuera de cualquier discusión política “Nazi”, cometiendo con dicha actuación un presunto delito de odio que ninguna fiscalía, ni la ofendida policía, ni nadie persigue, ni sanciona, ya que a nadie importa.

Nadie a contradicho con números la afirmación del Comisario Ferris, circunscrita al ámbito de su declaración como se pone de manifiesto en las múltiples grabaciones que circulan de la intervención del referido señor. Pero muchos, de todos los colores, se han sumado a criticar las declaraciones de Ferris, de forma alegre y sumidos por el dedo acusador del Globalismo inquisidor.

Ricardo Ferris es un agente distinguido por su trabajo durante años en diferentes destinos, es un servidor público hasta ayer intachable, que se ha atrevido a poner de manifiesto lo sabido, y si no, que ha expresado su opinión bien informada de forma libre, de paisano, en un acto no oficial y en un país libre y democrático. Pero no le ha parecido así a la stasi de Marlaska, que persigue a Ferris, se olvida del desacato a la autoridad de Lima y nunca se ha preocupado de sancionar los informes mentirosos de Morocho por cuanto han beneficiado a su gobierno.

Interior se esmera en fulminar a Ferris pero no en acabar con los delitos en la ciudad de Valencia que es lo que preocupa y atemoriza a sus ciudadanos, con independencia de quienes los cometan, sean ciudadanos nacionales, nacionalizados, extranjeros o sin papeles.

La delegada de Gobierno de Sánchez, a la que no se le conocen cifras de efectividad que permitan aprobar su gestión en beneficio de sus competencias en materia de seguridad ciudadana, no ha dudado en perseguir a Ferris por contar lo que pasaba dentro de su comisaría.

En el martirologio del respetado comisario, está surgiendo un liderazgo que bien pudiera atragantársele a más de un@, por cuanto que ¿quién mejor para defender a una ciudad que su comisario de policía?.

Mas de uno seguro se ofrecerá, y yo mismo me ofrezco, pro bono, a defender al Inspector Ferris de tamaño desafuero.