La niña del exorcista
No están para gobernar, están para representar a sus corrientes y componendas de partido. Y el presidente lo contempla y lo permite.
La prensa nacional y las redes sociales hacen eco estos días de las polémicas intervenciones de “la Niña del Exorcista” en un espectáculo de un conocido parque de atracciones situado al norte de Castellón, en plena costa de Tabarnia.
La actriz que encarna al personaje ha sido criticada por sus excesos verbales y su comportamiento con el personal que visita el stand. Polémica que ha llevado en pocos días a ser una de las atracciones preferidas de los visitantes. Esta sociedad nuestra, meliflua y debilucha en muchas cosas, se queja hasta del indecoroso comportamiento del mismísimo diablo personificado. Que esperaban, si la niña dice que está poseída. Al que no le guste que no vaya.
Y esto en plena crisis de Compromís nos hace presente el cese de la Sra. Mollá, la hija del mismísimo ideólogo de la izquierda independentista, en sus ocupaciones de consellera del gobierno de Puig. Las razones esgrimidas, han sido escuetas, pues dicen que estaba la señora negociando los presupuestos por su banda, imaginamos con el presidente Puig, que raudo y sumiso desde el despacho de la misma negociación la cesó, al primer aviso de la vicepresidenta Mas.
Nadie ha reparado en agradecer los servicios, ni en aplaudir su gestión. Mollá, poseída de la ira que solo siente el cesado, no acudió a ceder la cartera de cuero a la Sra. Navarro.
Desde las filas de la oposición, todos miran atónitos por como se está convirtiendo en sutnami la onda que produjo el cese y salida por la puerta de los Juzgados de la Sra Oltra. Se aprovechan de la situación y se frotan las manos. El viento sigue soplando de popa y saben que el electorado históricamente no perdona ni las trifulcas ni las desavenencias internas.
Echamos de menos, sin embargo, alguien que desde la oposición recuerde el penar que para la Comunitat ha supuesto la cancillería de la Sra Mollá, y entre muchos desafueros que ponga en negro sobre blanco como los distintos sectores agrícolas han sufrido su mandato y como, entre muchas otras cosas, se han bloqueado injustificadamente inversiones en energías renovables y sus conexiones estratégicas de norte a sur de la Comunitat por la oposición y desidia de la Consellera. No esperamos que el relevo en Isaura Navarro vaya a suponer el desbloqueo o un cambio sustancial en las políticas de este Gobierno. Más de lo mismo.
No están para Gobernar, están para representar a sus corrientes y componendas de partido. Y el Presidente lo contempla y lo permite.
No hagamos pues como los quejicas espectadores del número de la “niña del exorcista”. Sabemos que el tripartito esta poseído por sus modos, sus familias y sus políticas ramplonas.