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Generalitat justifica venta de drogas en residencias como “cosas de convivencia"

Polémica en Carlet por la macro residencia que juntará personas mayores con otros colectivos como refugiados. El PP denuncia "experimento social" y los usuarios "amenazas y drogas"

Aitana Mas y su equipo en Carlet

Publicado por
E. M.

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Polémica en Carlet por la construcción de una macrorresidencia, la más grande de la Comunitat Valenciana y una de las más grandes de España, que plantea que junto a personas mayores pueda haber otros colectivos como menores refugiados o personas con diversidad funcional. Actualmente, el centro tiene ya 250 residentes con problemas de convivencia y la reforma del mismo ya ha despertado críticas sobre si es necesario sobredimensionar estos centros o mejor realizar diferentes residencias más pequeñas.

Ante las reticencias que el proyecto de macrorresidencia levanta en Carlet, la vicepresidenta y responsable de Políticas Inclsivas, Aitana Mas, se desplazó hacia el municipio para explicar junto a miembros de su equipo el proyecto y resolver dudas y cuestiones.

Uno de los usuarios actuales de la residencia hizo una de las intervenciones más duras indicando que al juntarse tanta gente “se están viviendo amenazas, hay gente que se dedica a escupir y amenazar y hasta se ha producido venta de drogas con la expulsión de un residente”. Un ejemplo de los problemas que hay y que se puede intensificar si se concentra más gente en la residencia y si encima ésta acoge a diferentes tipos de personas, más allá de personas mayores.

La convivencia es la convivencia, y te puede pasar también con un compañero de trabajo o en un piso de estudiantes”, fue la respuesta de la vicepresidenta Aitana Mas que dejó atónitos los usuarios de la residencia por restar importancia a unos problemas existentes que pueden ir a más con el modelo de macrorresidencia que se plantea.

No fue la única polémica. La portavoz del PP en Carlet, Laura Sáez, intervino para explicar sus objeciones al proyecto de macrorresidencia al que calificó de “experimento social” pues prevé que además de personas mayores pueda haber gente como refugiados tanto mayores como menores -los llamados menas- o personas con problemas de discapacidad, algo que rechazan tanto usuarios como grupos de la oposición por si genera problemas de convivencia.

Sin embargo, Aitana Mas salió con uno de los argumentos clásicos: calificar esto de “discurso de odio” y de “hacer flaco favor a los menores refigiados que vienen de otros países”. Por cierto, la alcaldesa de Carlet, la socialista Lola Navarro, se puso nerviosa ante las preguntas de la portavoz del PP y se levantó para interrumpirle y dirigirse a Laura Sáez para que acabara con su exposición crítica ante Aitana Mas.