El director de Antifraude de Puig le deja en evidencia con la malversación

La reforma del delito de malversación que propone el PSOE de Pedro Sánchez para contentar a ERC es "un retroceso" y "facilitará vías de escape en determinadas situaciones donde es muy difícil demostrarlo". Esta afirmación no es de ningún dirigente de PP o Vox, sino del director de la Agencia Valenciana Antifraude, Joan Llinares, dependiente del gobierno socialista de Ximo Puig.

Para Joan Llinares, una personalidad por cierto cercana y en la órbita de Podemos, la reforma de la malversación "puede acabar en absoluciones o en archivo sin más por lo difícil que es demostrar este enriquecimiento ilícito, ánimo de lucro y pérdida de patrimonio público que provoca un cargo público o un funcionario".

El director de la Agencia Antifraude de Puig ha indicado además que "el bien jurídico del que se habla y que se protege es el erario público, el patrimonio público", al tiempo que ha asegurado que "siempre hay que tener en cuenta que quien lo administra mal o de una forma desleal está incurriendo en un delito, el de malversación tal como lo entendemos", por lo que hecha por tierra la argumentación del PSOE que diferencia entre quien se lleva el dinero para sí mismo o no.

Estas declaraciones chocan con las del propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que a diferencia de otros barones socialistas que se están mostrando críticos con la reforma del delito de malversación, ha seguido la línea del argumentario sanchista y ha expresado que lo que pretende el PSOE con ERC "va en el camino correcto" porque "parece que está garantizado que los corruptos no se pueden ver mejorada su situación".

Ximo Puig no tiene los temores del jefe de su propia Agencia Antifraude y considera que la reforma no beneficiará a los corruptos, y para él eso está garantizado en el pacto entre el PSOE de Sánchez y ERC, si bien ha aceptado que es "una cuestión compleja" y que veremos cómo acaba.