Puig y Armengol aceptan reformar malversación, pero sin "beneficiar a corruptos"

Los presidentes de la Generalitat, Ximo Puig, y del Gobierno de Islas Baleares, Francina Armengol, han coincidido en la necesidad de que la reforma del delito de malversación impulsada entre PSOE y ERC "en ningún caso se puede producir ningún beneficio para los corruptos".

Así se ha pronunciado Puig en el acto de clausura de la Cumbre valenciano-balear justo después de que Antifraude alertase de que la reforma de este delito supondría la rebaja de condenas de la misma forma que está ocurriendo la ley del 'solo sí es sí' de Irene Montero.

"Esta es la única frontera que cabe preservar", ha remarcado Puig alineado con la postura de su homóloga. Ambos presidentes no han rechazado la reforma del delito, sino lo contrario. Defienden la vía del "diálogo y de intento de aproximar posiciones" con Cataluña, en palabras de Puig, y aceptan que esto "supone a veces modificar normas", ha expresado Armengol.

"Coincidimos en buscar una vía de acuerdo, de superación del conflicto de España en relación con Cataluña", ha manifestado Puig. Por eso defiende mediante "el estado de derecho" en buscar una alternativa que "será mejor que la vía empleada de confrontación absoluta que no daba soluciones".

Por su parte, Armengol apunta a que esta solución pasaría por "formar parte de una España federal y plural que represente la singularidad" de cada territorio. La presidenta balear dice "entender" el "sentimiento de mayoría amplia relajeada en Cataluña" y defiende que "el conflicto ha bajado" y ahora "España está mucho mejor". Eso sí, insiste en que la reforma del delito "no puede suponer ningún beneplácito para ningún corrupto", quienes "deben pagar duramente sus penas".