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Las fallas, entre la trampa del 35% de subvención y la burocracia

Se echa de menos que desde la Junta Central Fallera se ayude de manera “profesional” a gestionar todo lo necesario para el buen funcionamiento de las fallas.

Asamblea de la Junta Central Fallera presidida por el concejal Carlos Galiana.

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Pepe Herrero

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Hemos conocido recientemente que el Ayuntamiento de Valencia va a conceder un extra de subvención a las fallas de Valencia elevándolo hasta el 35%, un 10% más del habitual 25 que desde tiempos de Alfonso Grau reciben las comisiones de la ciudad por plantar. Recordemos que este porcentaje corresponde al valor “declarado” de las fallas, tanto la mayor como la infantil, y sólo a las que plantan en Valencia, las de Burjasot, Mislata, Quart de Poblet y Xirivella tiene acuerdos propios con sus ayuntamientos.

Pero si analizamos este 35% de subvención a la falla nos encontramos con que tiene trampa porque el 25% se dará como es habitual antes de la “plantà”, lo que viene muy bien para, entre otras cosas, liquidar al artista fallero. Luego queda el 10% restante que no le han puesto fecha y puede ser bastante posterior a la semana de fallas. Lo que nos hace pensar dentro del dicho “piensa mal y acertarás”, que esta medida tiene toda la pinta de ser electoralista visto la proximidad de las elecciones municipales.

¿Qué sucede? Pues si vuelven a ganar el actual bipartito ya buscarán la forma de pagarlo y quedar como reyes, pero si Compromís pierde el Ayuntamiento de Valencia, que se apañen los que entren y se busquen la vida para hacer frente a una cantidad extra, que por otra parte viene muy bien a las fallas, pero no después del verano. Sea como sea, ya están vendiendo ese “extra” como un logro político.

¿Y por qué digo esto hoy lunes 6 de febrero? Pues porque hoy es el último día de entrega de la documentación necesaria para la concesión de estas subvenciones y es ahí donde encontramos otro problema añadido a las fallas que en los últimos años se está agravando como es la falta de conocimiento burocrático tan profundo como la Administración en general requiere hoy en día para cualquier gestión oficial.

Las fallas no reciben toda la ayuda necesaria para poder resolver de manera eficaz los problemas en la tramitación para el buen funcionamiento

Las comisiones falleras, debido a la creciente burocratización de las gestiones, necesitan cada vez más de unos conocimientos del funcionamiento de las gestiones digitales y ahí es donde nos encontramos con un problema añadido a la ya de por si farragosa gestión municipal. No olvidemos que las fallas tienen un carácter total de funcionamiento interno amateur que en ocasiones provoca retrasos u olvidos de entregas de la documentación necesaria para recibir las subvenciones y permisos, lo que genera un grave problema al funcionamiento tanto de la comisión como del propio Ayuntamiento que tiene que atender a las 350 fallas que se plantan en la ciudad y pedanías de Valencia. Y pocas de ellas cuentan en sus directivas con personal especializado que pueda manejar estos asuntos oficiales.

A esto añadimos los constantes cambios de presidencia y directivas que en ocasiones impide un seguimiento de un año a otro de todo el papeleo, máxime si los cambios de presidencia y directiva han sido “hostiles”. Es cuando se echa de menos que desde la Junta Central Fallera se ayude de manera “profesional” a las fallas a gestionar todo lo necesario para el buen funcionamiento de las fallas y por parte del Ayuntamiento que se articule lo necesario para que la petición de permisos y subvenciones no sea un problema.

Hay quien incluso habla de profesionalizar estas gestiones, lo que supondría un gasto añadido más para las comisiones falleras. La sensación es que en este tema las fallas no reciben toda la ayuda necesaria para poder resolver de manera eficaz los problemas que pudieran surgir de la tramitación de todo lo necesario para el buen funcionamiento.

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