Así manipula Compromís sus primarias: amenazas, directrices y afiliados del PSOE
En Elche cuelan 700 simpatizantes socialistas para que voten a la actual portavoz mientras se mandan órdenes por whatsapp sobre quién votar, con Aitana Mas en la cuerda floja
Hecha la ley, hecha la trampa. Ese podría ser el resumen de las primarias de Compromís para elegir sus candidatos a las Cortes Valencianas y a algunos ayuntamientos. La formación, que siempre ha presumido de democrática, de acordar y de dar voz a sus afiliados, tiene detrás sin embargo en su sistema de primarias toda una serie de pufos para lograr que el resultado sea el deseado por las élites del partido.
El caso más escandaloso es el de Elche, donde hay una batalla entre la actual portavoz, Esther Díez, apadrinada por los Mollà, y la secretaria autonómica de Innovación, Marian Campello, de Més -el antiguo Bloc-. Tal y como avanza Información, entre 500 y 700 simpatizantes del PSOE se han inscrito en las primarias de Compromís -te puedes inscribir y votar aunque no seas militante- con el motivo de decantar la balanza del lado de Esther Díez. Una especie de pacto bajo mano entre los Mollà y el PSOE de Elche.
Alicante es, precisamente, la madre de las batallas, donde la actual vicepresidenta de la Generalitat, Aitana Mas, se juega su prestigio si no sale ganadora de las primarias frente a Gerard Fullana. Los dirigentes de Compromís presionan para que salga Aitana Mas -es el pacto bajo mano que tiene con Joan Baldoví-, pero Gerard Fullana -que es por cierto de Més- por un lado y el clan de los Mollà por otro -no perdonan a Mas el cese de Mireia Mollà- pueden provocar un seísmo en Compromís si Aitana Mas no gana.
En Valencia hay otra dura batalla por el número dos de la lista, principalmente entre la consellera Isaura Navarro -de Iniciativa y apadrinada por Oltra- y la vicepresidenta de la Diputación, Maria Josep Amigó -de Més-. Los de Iniciativa están presionando a través de mensajes y whatsapps para que salgan elegidos sus candidatos, mandando instrucciones sobre a quién votar. Los inscritos deciden, sí, pero los dirigentes mueven los hilos para que salga lo que ellos quieren.