¿Crida o macrobotellón? Vuelve el debate tras una edición con 100.000 asistentes

Más de 100.000 personas se congregaron en los alrededores de las Torres de Serranos para dar inicio a las Fallas de 2023 en la tradicional Crida, un acto que desde hace unos años se ha revalorizado y cada vez congrega a más gente. Sin embargo, surge la duda de si el famoso evento no se está convirtiendo en una excusa para que algunas personas monten un macrobotellón.

Este año, la Crida de 2023 se ha saldado con 22 personas atendidas por Cruz Roja, la mayoría por lipotimias, ansiedad y contusiones como lanzamiento de botellas, según se desprende del informe de Cruz Roja: ocho por lipotimias, siete por ansiedad, seis por contusiones y una por objetos extraños en ojo.

Tras las palabras de las Falleras Mayores de Valencia, un reguero de botellas de alcohol vacías cubría el suelo en frente de las Torres de Serranos. Es cierto que la Crida se ha revalorizado en los últimos años. Primero, con Félix Crespo al frente de Junta Central Fallera, se introdujo el espectáculo previo, y luego con Pere Fuset la amenización musical con DJs. Pero algunas personas aprovechan este ambiente festivo para montarse un macrobotellón y pasarse con el alcohol.

Incluso hay grupos que van con carros de supermercado con un cargamento de alcohol, por lo que surge de nuevo el debate ¿Debe limitarse el acceso con alcohol para evitar que la Crida sea un macrobotellón? Cada vez son más los falleros que consideran que algunas personas sólo van a beber y se pierde la esencia, que es escuchar el mensaje de las Falleras Mayores.

Falleros que llevan sus pancartas para apoyar a las falleras de su comisión que son integrantes de la Corte de Honor denuncian que había grupos de botellón que les lanzaron objetos e insultos y que sólo les interesaba la fiesta y estar bebiendo, no el componente fallero. Un evento que cada vez más tiene más gente, más allá de las comisiones, se abre al debate de cómo evitar que se convierta en un macrobotellón.