Juicio a Camps. Coda de virtuales testificales
La declaración del arquitecto de interiores sirvió para evidenciar que la Fiscalía aparenta seguir ignorando la diferencia entre Presidencia de la Generalitat y la Conselleria de Presidencia
Antes de una nueva pausa, piadosa esta vez por el transcurso de la Semana Santa -importante la Marinera del Grao y aledaños- sigue multiplicándose la serie de insólitas y creativas testificales en las que la Fiscalía Anticorrupción, metódicamente representada por Concepción Nicolás, en su rol de los antiguos apuntadores teatrales, y con el magistrado José A. Mora en calidad de maestro de ceremonias (impresiona el reverente silencio de sus colegas de tribunal). Aunque con discreto éxito de crítica y público, a la vista del clamoroso vacío de la Sala 1 de San Fernando de Henares de la Audiencia Nacional y la ausencia de comentarios relevantes en los medios, más allá de los muy selectivos e intencionados que, como ocurre con gran parte del cine español, aplauden el argumento acusatorio de esta vista, seguida contra un total de 26 encausados, y teniendo como villano elegido al ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps.
El testigo estrella de la sesión de ayer -mucho más que un simple figurante, que también los hubo- fue el modesto ex concejal de Majadahonda denunciador arrepentido y excelente recording de conversaciones ajenas, José Luis Peñas, hoy reconvertido en guionista de excelencia de relatos y tramas de corrupción política popular. Imaginativo hasta llegar a la perspicacia propia del historiador y la capacidad analítica del investigador científico, sobre la base de un auténtico tostón de imágenes e ilustraciones cuidadosamente seleccionadas y servidas por la fiscal/apuntadora. Nuestro testigo de nada de lo que se está juzgando en esta pieza del Gürtel que destapó hace ya catorce años, no parece resignarse a la menor pérdida de su protagonismo inicial.
Al largo y complaciente interrogatorio de la Fiscalía -este cronista descarta toda posibilidad de que fuera previamente acordado- siguió, para terminar el episodio, una batería de repreguntas del letrado Pablo Delgado, que ejerce la defensa de Camps, contestadas entonces sistemáticamente con la brevedad y contundencia de un rotundo No. No sabe de la estructura del Consell (ni del Vaticano), nunca estuvo en Valencia, nunca presenció una conversación, no conoció a ningún responsable, no supo de ningún contrato, no participó en ningún evento … Aunque confesó ser asiduo lector de la prensa más canalla, y así la citó como bibliografía básica de su extensa y creativa investigación personal.
No entendió este cronista la exasperación del magistrado ponente Mora ante las respuestas -muy aclaratorias- a las repreguntas de Delgado. Tal vez, aunque pacientemente las consintiera a la fiscal, ya se había hecho una idea de su nula calidad testifical (testigo: persona que presencia o adquiere directo y verdadero conocimiento de algo. RAE) y le resultó irritante que la defensa de Camps lo evidenciara de forma tan palmaria.
Aunque de atrezzo, la posterior declaración del arquitecto de interiores que dibujó -proyectar es más complejo según indican profesionales de la arquitectura consultados- algunos renders y soluciones menores para Orange Market y un par de ellas, más complejas, en el caso del Pabellón de Grandes Eventos (que, al parecer, nunca llegó a cobrar) sirvió para evidenciar que la Fiscalía aparenta seguir ignorando la diferencia entre la Presidencia de la Generalitat y la Conselleria de Presidencia (con “consellers” o “conselleres” responsables, dependiendo del género) o la más simple, entre el presupuesto de ejecución de un proyecto y el importe de los honorarios de su autor. Francamente lamentable.
En el entorno de algunas de las defensas se ha podido oír que la fiscal está machacando los principios del derecho, rayando el ridículo profesional … (o una suerte de prevaricación que apostaría el letrado, ex fiscal y ex magistrado de la Audiencia Nacional, Santiago Milans del Bosch).
¿Continuará?